
A pesar del...
Progres no concernidos
Lo mismo sucede en Podemos: ante el hecho de que su feminismo termina beneficiando a los abusadores, insisten en que la culpa es de los jueces
En coherencia con la privación de derechos y libertades, y con el sometimiento del pueblo al poder, la izquierda abomina de toda responsabilidad, ajena y también propia. Si usted se fija, señora, los progres nunca están concernidos por su realidad.
Esto vale para todos los ámbitos. Interrogada por una diputada del PP acerca de la obvia y flagrante contradicción de que en la izquierda presumen de feminismo pero incluyen en sus filas a notorios machistas, Yolanda Díaz respondió que Feijóo justifica la violencia contra las mujeres. Lo mismo sucede en Podemos: ante el hecho de que su feminismo termina beneficiando a los abusadores, insisten en que la culpa es de los jueces.
Hace poco tituló el suplemento económico de El País: «Salario mínimo: una historia de éxito global». «La mejora de la retribución de los trabajadores ha reducido la desigualdad en muchos países. En contra de las tesis conservadoras, ni ha generado más inflación ni ha destruido empleo». Varias páginas contra los «economistas neoliberales».
Días después el diario Expansión subrayó: «el último informe del Banco de España refuta de nuevo la tesis voluntarista del Ministerio de Trabajo y confirma que la fuerte subida de los costes laborales impuesta por PSOE y Sumar a las empresas en nuestro país sí que reduce la capacidad del tejido productivo, y en especial de las pymes, para generar más empleos». Cuando la economía deje de crecer, que dejará, no espere usted que ningún progre haga la más mínima alusión a la responsabilidad del intervencionismo en el aumento del paro.
Otro tanto con los absurdos controles de precios de los alquileres, medida típicamente fascista que los progres abrazan con entusiasmo. Su resultado era perfectamente previsible. Lo publicó El Economista: «El tope al alquiler hunde el 25% la oferta de pisos en Cataluña: desaparecen del mercado 40.000 viviendas y la presión de la demanda llega a máximos». Si espera usted que los antiliberales se sientan aludidos y pidan disculpas, puede usted, señora, esperar sentada.
Como es sabido, el comunismo es indisociable de la violencia y la represión más brutal que nunca hayan padecido los trabajadores. Pues, tampoco se sienten concernidos por perpetrar genocidios. En una increíble muestra de circularidad falaz y mendaz, Gaspar Llamazares resolvió el problema diciendo: «Si un comunista es un asesino, entonces no es comunista». Sencillo, ¿verdad?
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