Tribuna
«Callen canas y hablen papeles»
La edificación sin freno en áreas desaconsejables y el olvido de la realización de proyectos para proteger a las poblaciones que han sido afectadas son las causas directas de la tragedia
Esa frase viene a colación con ocasión de la actual búsqueda de responsables de los tremendos efectos y daños humanos y materiales de la gota fría en Valencia.
Antes de nada quiero dejar constancia de lo lamentable que me resulta ver y escuchar algunas manifestaciones en la calle y declaraciones que buscan sacar rédito político a la desgracia y el sufrimiento de los afectados. Me recuerda, de algún modo, al 11M.
Me refiero a los papeles cuando pienso en geógrafos, en físicos, en ingenieros de montes, ingenieros de caminos, canales y puertos o de obras públicas.
Escuchando en youtube a uno de ellos, un geógrafo mostrando profusión de ortofotografías de la Albufera y la zona inundable, una de ellas tomada por un avión de los EEUU en 1957 de la Albufera y zonas inundables hacia el interior, y comparadas con la evolución en los 90 y a partir de comienzos de este siglo, se comprueba cómo la construcción, sin freno ni límite, de viviendas, polígonos industriales, centros comerciales en la zona inundable es impresionante.
Por otro lado, si escuchamos a físicos y meteorólogos, ahora no son mas fuertes las gotas frías que antes, lo que es tremendo son las consecuencias que se pueden derivar debido, principalmente, a la extensión de la «colonización» inmobiliaria de las zonas inundables. Esto pasa aquí y en el resto del mundo, especialmente en el Índico y en el Caribe.
Según dicen los que saben, no es cierto que haya más gotas frías ni que sean mas explosivas, lo que sí es cierto es el numero de muertos y los tremendos daños en zonas inundables debido a la profusión humana en las mismas.
Si atendemos a los dibujos y gráficos realizados en 1860, después de una gota fría fuera de lo normal, el nivel de agua en la Albufera y en las zonas inundables alcanzó niveles extraordinarios, mayores que ahora. ¿Hubo daños o muertos? Pues no, porque no existían apenas viviendas ni construcciones en la zona crítica, justo lo contrario que ahora.
La Confederación Hidrográfica y las autoridades responsables deberían haber evitado la proliferación de construcciones en la zona. Además tenían toda la información de lo que podía pasar e incluso los proyectos de obras para evitarlo desde mucho tiempo atrás. Lo que expreso en el título «hablen papeles» pero para ello hay que sacarlos del olvido.
Proyectos recientes como el del 2004 para controlar las avenidas de agua a los espacios de riesgo y la Albufera, valorado en algo más de 200 millones de euros, podrían haber salvado 20 años después muchas vidas y evitado muchos destrozos. Proyectos sucesivos se realizaron también que incluían como área a proteger precisamente todas las poblaciones ahora afectadas. Por no gastar 200 millones de euros en su momento, gastaremos ahora 200.000, de nuestros impuestos claro está. Sin palabras.
La edificación sin freno en áreas desaconsejables y el olvido de la realización de proyectos para proteger a las poblaciones que han sido afectadas son las causas directas de la tragedia. Ni la gota fría, ni el agua que corre por barrancos, torrentes y ramblas, normalmente sin agua, tienen la culpa. Hace tiempo se decía que «el agua no entiende de escrituras de propiedad».
Desde luego lo ha demostrado.
En fin, callen voces mediocres, callen canas despistadas y hablen los papeles que desde finales del siglo XIX están en poder de las autoridades. Si quieren buscar responsables, la lista es larga, quizá demasiado larga. Ahora bien, eso no quita la responsabilidad de los que no han sabido estar a la altura de las circunstancias excepcionales en este particular caso.
Nací en Valencia en 1955, y desde estas líneas vaya mi cariño y apoyo a todos los afectados y mi reconocimiento a los voluntarios de todas partes de España, a las FAS, a las FCSE, protección civil y bomberos. ¡Ánimo!, hemos salido de peores circunstancias.