Raphael
Raphael: “No soy un santo por pagar impuestos, es mi deber y son lentejas"
El cantante reedita conjuntamente sus dos trabajos sinfónicos y termina el año sobre los escenarios
Las entrevistas para él son gimnasia matutina. Unos truquitos de falsa modestia, unas sonrisas que despejan balones que ni Sergio Ramos, y una coreografía de respuestas a las preguntas típicas sobre «mi gran noche» y el «escándalo» son otro día más en la oficina de Raphael (Linares, 1943). Publica ahora una edición conjunta de sus discos «Sinphónico» y «Resinphónico» y termina el año con actuaciones en Sevilla (del 21 al 24 de noviembre), Granada (30), Tenerife (14 de diciembre) y Madrid (19 y 20).
–¿Con usted no hay un eterno retorno?
–Bueno, en parte siempre me preguntan lo mismo. Pero bueno, uno no siempre está igual, del mismo humor. Mis giras también parecen iguales y no lo son, cada día es diferente.
–Lleva 60 años trabajando.
–No, en 2021 hago 60. Pero lo celebraré en su momento y ya nos estamos moviendo ese año.
–¿Ya? ¿La palabra cansancio no está en su diccionario?
–Claro que me canso, pero entonces me acuesto y me duermo.
–Una vez de dijo que usted solo es un chico trabajador y me gustó la humildad.
–No, ni humilde ni nada. Es la cruda realidad. Vosotros diríais un currante.
–En estos 58 años de cotización debe haber pagado unos cuantos impuestos.
–Bueno, el equis por ciento tan alto que ponen es el que he pagado. Y no hay tutía. O pagas o pagas. He sido un buen contribuyente, de eso no hay duda. Me lo ha dado el público. Yo hago el traspaso.
–¿Con qué espíritu lo hace?
–Es mi obligación y he cumplido con la ley siempre. No soy un santo por ello, son lentejas. No te diré que es justo... En fin, si así lo creen y así está establecido, pagamos y punto.
–Podría irse a vivir fuera.
–Sí, pero yo no. Yo soy muy español y además muy andaluz. Y es verdad que el colegio de mis hijos lo vivimos en EEUU. Hicimos allí el centro de operaciones durante unos años. Pero yo quiero vivir en España.
–¿Se arrepienta de algo?
–De alguna cosa estoy menos contento. He sido bastante prudente y creo que la he llevado con buen resultado, rodeado de gente profesional que no me ha engañado, que yo sepa. Así que en paz.
–¿Cuál ha sido su aportación a la música en España?
–Le he puesto mucho entusiasmo. Mucha profesionalidad. De eso sí puedo presumir. Y de conservar la voz en estado álgido. Me la he cuidado bastante bien y el único truco es no hablar. No hago entrevistas cuando actúo, porque hablar cansa más que cantar y lo pago en el escenario. Llevo desde los 4 años cantando.
–Las letras empiezan a mirarse con lupa, ¿ha revisado las suyas?
–Yo solo miro si me gustan o no. La letra debe ser correcta y entendible, decir cosas bonitas.
–¿Qué piensa del feminismo?
–Que tiene que haber igualdad en derechos. La mente no tiene sexo. Es igual de valiosa y puede haber una presidenta de gobierno, ministras o directoras de bancos. Hay mujeres brillantísimas. El feminismo se le da promoción porque han estado maltratadas. El problema es el machismo.
–Que lo hay.
–Claro que lo hay. En todas partes. Y lo ideal es que no tuvieran que estar protegidas frente a abusos, porque no debería haberlos. Y el respeto se debería enseñar en los colegios en vez de la geografía que no vale para nada. Hay cosas más importantes. Yo cuando estuve malo decía que nadie me enseñó a vivir, o a cuidarme, quiero decir, porque solo te enseñan los montes y los mares. No ya porque vayas a pecar, sino porque hay que comer sano, por ejemplo, no bebas y no fumes.
–¿Pecados capitales cuántos ha cometido?
–¿Capitales de provincia?
–Mortales.
–No, alguno. Pero tampoco he hecho nada malo. A cualquier cosa se le llama pecado. No he pecado, o que yo lo considere.
–España está muy revuelta. ¿Cómo la ve?
–El gran problema es el clima, por ejemplo. Los hijos de los hijos lo van a pasar mal pero como no hagamos algo... Seguimos gastando plástico. Es increíble, ¿esperan a que lo resuelva el Altísimo? Eso sí que es un pecado, pero mortal. Y no sé cuándo va a acabar esta situación.
–Yo le preguntaba qué le parecía el Gobierno.
–Pues que hace falta reemprender la función.
–¿Resolverán los problemas?
–Yo creo que los temas políticos, sí. Los del clima, ya no sé...
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