Global y cambio

Cualquier nueva plataforma digital puede presentarse con temas elegidos por los propios autores que van a integrarla. Sin embargo, la alta calidad que puede conseguirse con ese tratamiento por separado y en detalle, tiene que cohesionarse con una visión global del conjunto de estructura e infraestructuras, para evitar compartimentaciones de análisis que olviden recursos básicos tan importantes de una economía, como agua, tierra, energía, medio ambiente, etc.

De modo que las sobreabundancias que puedan darse en casos concretos se vean compensadas con los déficits en ciertas secciones de la misma visión global. En la idea de que los diferenciales paramétricos constituyen la fuerza que en su discurrir le da su propio dinamismo a la evolución del todo.

Sin embargo, hecha la anterior aclaración, muchas veces es difícil encontrar la referencia para lo global. Aunque es cierto que en nuestro caso la pretendida globalidad evolutiva puede extraerse de la 26 edición de mi libro «Estructura Económica de España» (JdeJ Editores, 1.000 páginas, y Antonio Rueda Guglieri como coautor), con una larga serie que hoy permite disponer de una película de la evolución experimentada por la economía española de casi dos tercios de siglo (1960/2022).

No se trata, simplemente, del largo recorrido de la obra mencionada, con la posibilidad de disponer de apreciaciones evolutivas de más de tres generaciones de observadores. Un tiempo en el que el país fue experimentando una serie de sucesivos momentos estelares que al final cambiaron todo: 1960 con el Plan de Estabilización Económica, los Pactos de La Moncloa de 1977, la incorporación de España a la Unión Europa en 1986, o la incidencia de la Gran Recesión de 2008/2013. En definitiva, globalidad y cambio siempre van juntos.