Olimpiadas

El creador del ‘relaxing cup of café con leche’: “Quizá Ana Botella debió decir ‘vino tinto’. ¿Quién sabe?”

Terrence Burns, asesor de la candidatura olímpica de Madrid 2020, repasa para LA RAZÓN las bazas de la capital para aspirar en el futuro a ser sede de unos Juegos

Terrence Burns y Felipe VI
Terrence Burns y Felipe VITerrence BurnsTerrence Burns

–¿Cree que tras la experiencia de Tokio, con la pandemia, las ciudades ven la posibilidad de ser sede de los Juegos Olímpicos como un riesgo?

–No lo creo. La situación de los Juegos de Tokio ha sido atípica. Nadie podía preverlo en 2013. Sin embargo, la perspectiva de futuras pandemias es ahora real. Y el COI y las futuras sedes deben tener en cuenta esa posibilidad en su planificación. El proceso de selección de la ciudad anfitriona del COI está evolucionando para evitar errores del pasado. En el futuro, veo unos Juegos Olímpicos más rentables, más eficientes, más pequeños y menos «derrochadores» y menos intrusivos para la población anfitriona. En el futuro, las ciudades no tendrán que construir casi nada adicional para albergar unos Juegos. Brisbane 2032 es el primer ejemplo de este nuevo enfoque y proceso.

–¿Cuáles son los puntos fuertes de Madrid?

–Me entusiasmó formar parte de la candidatura de Madrid. Era exactamente lo que el COI necesitaba en 2013. Madrid 2020 era la «Agenda 2020» antes de que la «Agenda 2020» fuera «cool». Menos costes, menos construcciones nuevas, un legado más sostenible. No estoy seguro de que en aquel momento los miembros del COI comprendieran realmente la necesidad de un plan como el de Madrid. Se basaba en una palabra: responsabilidad. Responsabilidad con Madrid y España y también con el deporte y el Movimiento Olímpico. Madrid ya contaba con la mayor parte de las infraestructuras necesarias. De hecho, el 80% de las instalaciones necesarias ya estaban en marcha, y probadas. El proyecto de Madrid 2020 ofrecía un equipo de gestión especializado con experiencia en la organización de grandes eventos. El tamaño de Madrid es ideal para unos Juegos Olímpicos. Era un plan compacto y al mismo tiempo espacioso, ubicando todas las sedes dentro de la propia ciudad, excepto las ciudades cosede.

–¿En qué cree que debería mejorar Madrid?

–En el apoyo público. En el mundo actual, eventos de la envergadura de los Juegos Olímpicos suelen percibirse como caros y sin un claro legado sostenible para la ciudad y sus habitantes. Una futura candidatura olímpica de Madrid tendrá que explicar mejor la verdadera propuesta de valor a la población y el verdadero coste y los beneficios a largo plazo para la ciudad.

–¿Qué supondría para Madrid retomar el sueño olímpico?

–España es una de las mayores naciones deportivas del mundo, pero eso por sí solo no es una razón para albergar los Juegos. Madrid podría ser un nuevo modelo para los Juegos, mostrando al mundo cómo se pueden acoger de forma eficiente y rentable, y también garantizar que los beneficios económicos a largo plazo recaigan en la ciudad y sus habitantes. No es un evento para 17 días, es un evento para la próxima generación. Pregunten a Barcelona qué valor aportaron los Juegos de 1992 a la ciudad. Fue tremendo.

–Esta semana se ha cumplido el octavo aniversario del último intento de Madrid de organizar unos Juegos. ¿Qué falló frente a la candidatura de Tokio?

–Es una pregunta difícil: las candidaturas son cosas muy complejas, y se gana o se pierde por una serie de cuestiones. Las ciudades candidatas deben trabajar muy duro para reunirse con cada uno de los miembros del COI y obtener su amistad y confianza. La mayoría de las veces, la gente vota a personas que les gustan y en las que confían. Dicho esto, no cabe duda de que a los miembros del COI les gustaba y confiaban en el equipo de Madrid 2020. La premisa principal de Tokio al final de la campaña era «un par de manos seguras» y no hay duda de que la comunidad empresarial de Japón, encabezada por el gigante publicitario japonés Dentsu, apoyó firmemente la candidatura. La oportunidad de generar miles de millones de dólares en patrocinio nacional –lo que consiguieron: 3.000 millones de dólares– fue un fuerte factor a su favor.

–En la presentación que realizó Ana Botella, generó polémica su célebre alusión al «relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor». Usted es el autor de la frase. ¿Fue un error?

–Ah... la cuestión del café con leche. ¿Fue acertado? Le puedo decir que no tuvo nada que ver con el voto, y que los únicos que tuvieron un problema con so fueron los madrileños, y, con todo el respeto, no eran el público objetivo. La frase «café con leche» no fue una «intervención» de la alcaldesa. Yo la escribí y ella la dijo. Cúlpenme a mí, no a ella, si les ofende. En aquel momento no estoy seguro de que los madrileños hubieran estado contentos con cualquier cosa que dijera la alcaldesa: es difícil separar la política local de la candidatura olímpica. La frase «café con leche» pretendía hacer referencia a algo con lo que cualquier turista de Madrid puede identificarse; quizá debería haber escrito «vino tinto», ¿quién sabe? Estas frases suelen ser percibidas como cursis por la población local, pero los extranjeros eran nuestro público objetivo. Quería crear una narrativa sobre la belleza física y cultural de la ciudad. Los miembros del COI con los que hablé de ello, una vez terminada la ceremonia, no la recordaban o comentaban que sí les recordaba a Madrid. Me regalaron una camiseta que dice: «Relájate y toma una taza de café con leche». Me enamoré de Madrid y de su gente. Me encantó su pasión y su sentido del humor. Y me alegro de que una pequeña línea que escribí en docenas de discursos ensalzando su belleza, la de su ciudad y de su país, forme ahora parte de la tradición urbana de Madrid.