Claves del triunfo
«Madrileño de Venezuela, madrileño de Colombia, madrileño de Cuba...». Las palabras de Isabel Díaz-Ayuso la noche del 4-M no solo llegaron a los simpatizantes que se apelotonaron en los alrededores de Génova. Mencionó tres países, pero podrían haber sido todos los que conforman el continente iberoamericano. El voto latino se ha volcado con la candidata del PP. Un electorado humilde, trabajador, que partió de su hogar de forma forzosa, buscando una nueva oportunidad en Madrid y, en muchas ocasiones, huyendo de regímenes populistas cuyas palabras y hechos les recordaban demasiado a Unidas Podemos y a su ya ex líder, Pablo Iglesias.
«Esa frase fue maravillosa. Es de las que más corrió por las redes de los venezolanos. Ha sido algo clave en su discurso. Entender a la gente. Entender el valor que tiene Madrid como ciudad para los que somos y los que no somos de aquí», afirma Ernesto Lotitto, periodista y empresario. En su caso, conocía a Ayuso hace más tiempo que la mayoría. Concretamente desde 2011, cuando llegó a Madrid para estudiar en la ESIC Business School, en Pozuelo, para especializarse en marketing digital. Allí, Ayuso impartió una charla en su condición de «community manager» del PP. Recientemente, Ernesto volvió a contactar con ella, pero no como estudiante, sino ya como empresario. Entre otras experiencias y actividades, es el promotor de la Ruta de la Arepa en Madrid, la especialidad venezolana conocida mundialmente. Su intención, superada ya la pandemia, es repetiruna nueva edición de este recorrido gastronómico y cultural con origen caribeño. La presidenta le contestó justo este pasado jueves.
Ernesto llegó antes de la gran diáspora venezolana. Sin embargo, una vez que pisó Madrid, tenía claro que de aquí no se iba a mover. «Desde el primer día es una ciudad que te atrapa. Salir con tu móvil, tu reloj, tu iPod por la calle... sabiendo que no te iba a pasar nada. No quieres dejar de tener nunca esa sensación», dice. Además, nos «caló» pronto: «Me sorprendía mucho que los madrileños se quejaran... hasta que descubrí que los españoles, en general, se quejan por naturaleza. Esta ciudad es inigualable. El nivel de limpieza, de distribución del transporte público, de seguridad, de cultura... ». Ernesto conoció aquí a Maryem Sader, la que sería su mujer, también venezolana, y con la que ahora tiene un «madrileñito de tres años». En su caso fue una «pionera». Llegó en 1999 también para estudiar, cuando los únicos representantes de su país aquí eran «Boris Izaguirre, Carlos Baute e Yvonne Reyes». «Éramos cuatro gatos y, con el deterioro de Venezuela, esto se ha ido llenando cada vez más», señala.
Esa es una cuestión aparte. Maryem y Ernesto no han vivido estas elecciones como unos simples comicios autonómicos. «Eran algo más. Un movimiento surgido por circunstancias políticas, sociales, sanitarias... Ha habido mucha gente que no habría ido a votar, pero el 4-M todo el mundo estuvo involucrado. Jamás lo habíamos visto».
La pulsera venezolana que lució Ayuso en su discurso no les pasó desapercibida. Tampoco a Juan Carlos Guerrero, también venezolano. A Juan Carlos le tocó ser miembro de mesa. Alrededor de 16 horas de trabajo en el colegio Alfonso X El Sabio, en Leganés. Pero mereció la pena. «La alegría era indescriptible. Cuando se confirmaron los resultados, abrí una botella de vino, los ’'memes’' empezaron a volar... En el 4-M ganó la verdad. Ganó el hecho de darse cuenta de que vivimos en una sociedad abierta, europea, que mira al futuro, con ilusión para construir y trabajar. Como dijo Ayuso, de Madrid somos todos. Y lo que queremos es vivir en paz, trabajar y sumar. Fue una fiesta cívica y masiva», asegura a este diario.
Como casi todos los periodistas, Juan Carlos era uno de los señalados por el régimen chavista de Maduro. Con una exitosa carrera en la producción audiovisual, llegó a Madrid en 2018, acompañado de su mujer y su hija de 6 años. Su hermano ya vivía aquí y ambos crearon su productora 3anglefilms.com. «Si algo aprendimos en Venezuela, igual que los bolivianos con Evo Morales, es a identificar lo que no queremos en nuestras vidas. Las alternativas de gente como Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero las viví muy cerca. Recordamos cómo llegaron a Venezuela y le hacían la pelota a Chávez, sin detenerse en el hambre y la miseria del país. Tú te puedes equivocar, pero ellos viven en el error. Y los venezolanos tenemos una antena para detectar el autoritarismo. Nadie me ha lavado el cerebro: yo lo he vivido», señala. Por eso, la noche electoral fue la constatación «de que nuestro voto vale, y de que el sistema aquí funciona».
«El 4-M se estaba jugando el destino de todos. Y entre ellos, los que tenemos nuestros negocios», asegura por su parte Cruz Zhimnay. Cruz lleva 19 años en Madrid y, durante ese tiempo, no ha dejado de emprender. Después de trabajar en lo que podía, comenzó con un restaurante y ahora posee una tienda de artesanía ecuatoriana en la zona de Pueblo Nuevo. Lo que más le ha gustado de la presidenta es «su lucha frontal para que los pequeños negocios y emprendedores podamos obtener ayudas y, a su vez, que podamos trabajar de manera mesurada. Nos ha dado un respiro para los emprendedores. Y muchos ecuatorianos lo somos. Somos esa población activa en el sentido económico, y que contribuimos en el estado del bienestar. Ayuso ha sido la voz que ha defendido nuestros intereses». Todo ello mientras mira con tristeza la situación de su país, ahora mismo en «quiebra económica».
«Mi hija nunca había votado. Pero esta vez tenía una gran motivación», dice por su parte Marilyn Padilla. Boliviana de nacimiento y limpiadora de profesión, lleva en nuestro país veinte años y ya cuenta con dos nietas nacidas aquí. Tanto su hija como ella, tenían muy claro su voto. «Los latinos, los bolivianos, los venezolanos... tenemos algo en común. Conocemos las dictaduras de izquierda. Cuando Pablo Iglesias anunció que se presentaba, vimos el peligro». Y es que Marilyn no olvida que uno de los fundadores de Podemos, Íñigo Errejón, fue uno de los inspiradores de la Constitución boliviana que recogía el concepto de la «plurinacionalidad». Una palabra que también circula en España por parte de los partidos de izquierdas y que a ella le «aterra», porque en su país ha significado la «extorsión a todo un pueblo», con un Gobierno, el de Evo Morales, «manchado de sangre» tras sumar varios muertos en manifestaciones. Toda esta situación le ha llevado a Marilyn a ser activista por la democracia en su país
«Esta era la primera vez que votaba por el PP. Sé lo que significan las mayorías de la mal llamada ’'izquierda’'. Y creo que Ayuso se lo merece. Ha luchado contra el Gobierno y ha aguantado de todo. Era injusto todo lo que le estaban haciendo», concluye.