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Sistema contra incendios

Clece apuesta por las nuevas tecnologías al servicio de la prevención de incendios

Un sistema pionero permite alertar a los servicios de emergencia en menos de una hora

Las nuevas tecnologías al servicio de la prevención de incendios
Mapa de localización de los sensores instalados para la detección temprana de incendios en la Mancomunidad de Tierras Altas de SoriaClece

Cada año, las llamas devoran miles de hectáreas de bosques en nuestro país. Estos incendios no solo amenazan la biodiversidad y destruyen ecosistemas, sino que también generan un impacto económico y social devastador. Las administraciones públicas destinan grandes esfuerzos a la extinción de estos fuegos, pero los expertos coinciden en que la mejor estrategia es, sin duda, la prevención. Aquí entran en juego la concienciación ciudadana, el mantenimiento de los bosques y, cada vez más, el uso de la tecnología.

En la Mancomunidad de Tierras Altas de Soria se ha puesto en marcha un innovador sistema de prevención, de la mano de la compañía Talher, filial de Clece especializada en servicios ambientales y sostenibilidad.

Se trata de un grupo de sensores estratégicamente colocados que permiten detectar cambios de temperatura y niveles anómalos de componentes como el monóxido de carbono para, así, alertar a los servicios de emergencia rápidamente, antes de que el fuego se convierta en algo incontrolable. Y es que, tal y como nos han explicado los responsables de llevar a cabo la ejecución de este proyecto, la celeridad en la respuesta es fundamental para evitar que un pequeño conato acabe siendo una catástrofe medioambiental.

La detección temprana es clave

Mientras que las cámaras de vigilancia o los satélites, por ejemplo, pueden tardar hasta tres horas en identificar un foco de fuego, estos sensores son capaces de detectar un incendio en menos de una hora, cuando aún se encuentra en una fase latente. Así lo explica Héctor Hernández, jefe de servicio de Talher en Soria, que destaca la importancia de reducir los tiempos de respuesta para controlar un fuego: “La clave es actuar en menos de 2 horas para hacerte con el incendio. Si pasa más tiempo, es mucho más complicado de controlar”, aclara.

La gran ventaja de este sistema, por tanto, radica en su rapidez y precisión. Los sensores funcionan de manera autónoma gracias a su alimentación solar y a la independencia de redes móviles, por lo que pueden operar incluso en zonas remotas. Monitorizan en tiempo real la composición del aire y detectan niveles anómalos de parámetros importantes como es la temperatura, para saber si hay un fuego incipiente.

¿Cómo se eligen los lugares donde colocar los sensores? Según nos cuenta Iván Crespo, encargado de zona de Talher, en este caso, se buscaron principalmente aquellas áreas que son más frecuentadas por personas, como, por ejemplo, el GR 86, una senda muy transitada tanto por excursionistas como por ciclistas. Además, añadieron otras áreas como las tierras de labor o el entorno de un roble centenario de grandes dimensiones.

Un operario instala uno de los 122 sensores que funcionan con energía solar.
Un operario instala uno de los 122 sensores que funcionan con energía solar.Clece

120 sensores para proteger 122 hectáreas

Una vez marcadas las ubicaciones, el encargado de zona junto con una cuadrilla de trabajadores dedicaron cinco jornadas a colocar los sensores en los árboles señalados, con orientación sur y en un entorno despejado para facilitar su carga solar. Tanto Hernández como Crespo coinciden en destacar la sencillez de la instalación de esta tecnología. “La dificultad la encontramos más bien en el terreno por la cantidad de vegetación salvaje”, explican. Y es que, este monte está repleto de carrascas, sabinas, jarales y robles; es decir, hay una gran abundancia de árboles de porte medio y de vegetación más pequeña, tipo matorral.

Los sensores instalados, desarrollados por la compañía Stihl, presentan como ventajas técnicas su fácil colocación y la exención de mantenimiento. “Tienen una garantía de entre 10 y 15 años. Si alguno falla, se detecta rápidamente en la aplicación donde se monitoriza su actividad, y se sustituye”, añaden. En total, unas 122 hectáreas de terreno han quedado cubiertas con 120 sensores.

El sistema ya se ha puesto a prueba: en cuanto los dispositivos detectan un pequeño fuego, se envía una alerta y la autoridad competente pone en marcha el operativo correspondiente para que los equipos especializados se desplacen hasta el lugar y puedan atajar las llamas. “Hicimos un simulacro tras la instalación y, después, por casualidad, recibimos un aviso porque unas personas estaban quemando de manera controlada los restos de un aprovechamiento maderero. La alarma saltó en menos de media hora”, explica Hernández.

Un paraíso natural que hay que proteger

La Mancomunidad de Tierras Altas de Soria, de la que forman parte 16 ayuntamientos, cumple 30 años este 2025. José Ramón Ruiz, su presidente, indica que este proyecto es muy importante para su plan de sostenibilidad. “Nuestra comarca, una de las más despobladas de Europa, cuenta con una grandísima masa forestal. Está totalmente enclavada en el medio natural”, apunta y destaca, además, el valor paisajístico del entorno, no solo durante el día, sino también por la noche, ya que se trata de un lugar privilegiado para la observación del cielo estrellado. “Ese es nuestro gran atractivo”, afirma, al tiempo que recalca el interés de los vecinos en dar a conocer y preservar este patrimonio, que también acoge sus campos de cultivo.

En este contexto, la instalación de los sensores llevada a cabo para la detección de incendios cobra especial relevancia. “Hemos podido comprobar su buen funcionamiento, cómo se pueden tener controladas muchas hectáreas de montes y así preservar el ecosistema rural”, concluye el jefe de servicio, quien enmarca este proyecto en la estrategia de Clece y sus filiales para favorecer la sostenibilidad ambiental a la vez que se mantiene a la vanguardia de la tecnología más innovadora.

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