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“Lo de Plácido Domingo me parte el corazón”

El maestro Zubin Mehta dirige a la Filarmónica de Israel en el Auditori dentro del BCN Clàssics mientras defiende al tenor Plácido Domingo, «un gran amigo mío desde hace 45 años»

El director de orquesta Zubin Mehta larazon

El maestro Zubin Mehta dirige a la Filarmónica de Israel en el Auditori dentro del BCN Clàssics mientras defiende al tenor, «un gran amigo mío desde hace 45 años»

La primera vez que el maestro Zubin Mehta coincidió en un escenario con Plácido Domingo fue en Puerto Rico, en el Festival Pau Casals. Interpretaban el «Requiem» de Verdi y en el back stage les escuchaba el mismísimo violonchelista. «Él nunca se dejaba ver en público», recuerda Mehta. Al acabar, Casals preguntó a l maestro quién era aquel cantante. «Él conocía a la madre de Domingo, que también era cantante, y así entablaron una conversación. Estamos hablando de 1965 o 66», recuerda Mehta.

Las acusaciones por acoso sexual contra el tenor español han asombrado al director de orquesta. «Me rompe el corazón», asegura. «Es muy buen amigo mía. Cuando hace un año ymedio estaba recluído en casa muy enfermo, vino a verme a mi casa dos o tres veces», señala. No en vano, para Mehta, «No ha habido ningún cantante con mayor impacto e importancia en el mundo de la música, ni siquiera Caruso». Por ello, el maestro espera que las acusaciones no lleguen a ningún lado. Espero que el tenor pueda seguir su carrera con el mismo éxito que como hasta ahora porque es todavía un hombre joven», señala.

Esta noche, Mehta dirigirá a la Filarmónica de Israel dentro del nuevo BCN Clàssics. El Auditori acogera, de esta manera, una «Sinfonía núm. 3 en Re menor», de Gustav Mahler que para el director de orquesta es simplemente «una de las piezas románticas más importantes». «El sexto movimiento es sencillamente una de las piezas más hermosas que he dirigido nunca. Escucharla precisamente con la Filarmónica de ISrael siempre me rompe el corazón. Es imposible no emocionarme», reconoce.

La obra es una de las piezas más personales de Mahler, compuesta en un momento de gran sufrimiento, cuando vivía en los Alpes austríacos. Quiso hacer un auténtico homenaje a la naturaleza. «Es Mahler vaciando su corazón sin ninguna inhibición», afirma Mehta. Y aún así el compositor encontró muchas dificultades para poder estrenarla. ningún auditorio quería ni siquiera leer la partitura. Era el propio Mahler quien tuvo que ir casa a casa de los promotores tocándoles al piano partes de su sinfónía para que le escucharan. «La vergüenza que debió sentir, si pensamos quién es Mahler hoy, es inmensa», afirma Mehta.

El único que le dio una oportunidad fue la Filarmónica de Berlín, pero aceptó tocar el primer movimiento, «La sinfonía arranca casi como una canción navideña, llena de alegría y entusiasmo. No muchos directores de orquesta conocen la pieza completa. No ha conseguido ser una obra de repertorio. Sin embargo, a mí me encanta. Ya la toqué en Barcelona con la Orquesta de Baviera», recuerda Mehta, quien señala a la difícil sexta parte, dedicada al amor, como una de las más impactantes. «Leonard Bernstein me dijo una vez que no se podía hacer nunca en menos de 25 minutos y he intentado siempre seguir su consejo», bromea el director de orquesta.

Adiós a Israel

El compositor está a punto de acabar su última gira con la Filarmónica de Israel, orquesta a la que ha estado vinculado desde 1961. «Hemos hecho más de 4.000 conciertos y he conocido a tres generaciones de músicos. Cuando empezamos todos eran del imperio austrohúngaro. Después vinieron de la Unión Soviética. Y ahora la mayoría ya son israelíes, lo que me llena de orgullo», aasegura Mehta. Sin embargo, que abandone Israel no signifique que piense en la retirada. «Por favor, ahora mi salud es excelente. Tengo el calendario lleno hasta el año 2022», señala. De momento, este año ya prepara una «Traviata» en La Scala de Milán y sí, allí volverá a reencontrarse con su gran amigo, Plácido Domingo, pase lo que pase.