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Palomo Linares, dos funerales, un testamento y ninguna reconciliación

Los hijos del torero le despidieron ayer en Madrid, mientras que su viuda le dirá el último adiós el martes, en Aranjuez

Sebastián Palomo Martínez en su finca El Palomar a principios del mes pasado
Sebastián Palomo Martínez en su finca El Palomar a principios del mes pasadolarazon

Los hijos del torero le despidieron ayer en Madrid, mientras que su viuda le dirá el último adiós el martes, en Aranjuez

Ayer, a las ocho y media de la tarde, los tres vástagos de Sebastián Palomo Linares congregaron a varias personas en el funeral celebrado en memoria de su padre, que falleció el 24 de abril a los 69 años. En la esquela se especificaba: «Sus hijos, Sebastián, Miguel y Andrés, y demás familiares y amigos, ruegan una oración por su alma. El funeral por su eterno descanso tendrá lugar en la Parroquia de la Virgen Peregrina de Fátima (calle Diego de León, 36, Madrid)». Ni una referencia a Concha Azuara, la mujer que compartió con el torero sus últimos cinco años de vida. El distanciamiento entre las dos partes es tan notorio que ésta acudirá a otro funeral organizado por la Peña Taurina El Niño de Aranjuez –que tendrá lugar el martes en esa localidad cercana a la finca El Palomar donde vivía el diestro–, en memoria del que ella ha calificado como «el hombre de mi vida».

Los dos actos religiosos separan aún más, si cabe, a Azuara y a los hijos de su pareja. La magistrada no ha mantenido nunca la menor relación con dos de ellos (Sebastián y Andrés), porque llevaban seis años sin hablarse con su padre, aunque sí conoce a Miguel. Pero ha asegurado que no tiene los teléfonos de ninguno y que tampoco los tenía en su agenda su padre. Según explicaba ayer Sebastián, el primogénito, «el funeral se ha organizado con el consenso de todo el mundo para despedir la memoria de nuestro padre. No es cuestión de crear polémicas, las puertas de la iglesia estarán abiertas para todo el que quiera asistir, no se prohibirá el paso a nadie».

–¿Ni a Azuara?

–A nadie. Pero no quiero añadir más. Lo único que puedo decir es que lo importante es que éste es un día de despedida, y nos da igual lo que digan o dejen de decir. Esta noche estaremos rodeados de mucha gente que le quería, y nada más.

–Se ha publicado que fue el único de los hijos de Sebastián que no saludó a Azuara en el tanatorio...

–No he leído nada, por lo que no merece la pena opinar. Se han afirmado muchas cosas que no son ciertas.

–¿Asistiréis al funeral que organiza ella el martes en Aranjuez?

Da la callada por respuesta. Los hijos del torero han hecho un pacto de silencio, pero es evidente que si antes no tenían relación con su progenitor ahora tampoco la tienen con la «viuda». Y menos después de leer las últimas manifestaciones de la jueza contra ellos. Azuara deja muy claro que «sus hijos le destrozaron el corazón a disgustos. Las lamentaciones llegan tarde. Allá cada cual con su conciencia. La mía está muy tranquila. Provengo de una familia unida y honrada. Y lo que sí digo es que la familia de Palomo eran mis padres, mis hermanos, mi cuñada y yo, que siempre estábamos con él en Navidad, Nochevieja, el día del padre. Soy una persona educada y jamás he montado ningún espectáculo; jamás provoco. Y si hubiera querido provocar, lo habría hecho de otra manera, respetando la voluntad de su padre. Que le dejen tranquilo, que le dejen descansar en paz, que no hagan espectáculos mediáticos y que no sigan viviendo a costa suya. Que trabajen», afirma. Al parecer, el pasado día 2 los hijos esparcieron las cenizas de Palomo en la tierra que le vio nacer, Linares, durante un acto íntimo. Según nos confirman, nadie avisó a Azuara. Y eso que ella pidió públicamente que «el día que se haga, me avisen. Ellos saben que yo quiero estar presente. Ése es mi deseo y era el de su padre. Por favor, pido un poco de respeto a la memoria de Sebastián».

Sin noticias de Marina

De Marina Danko, la ex mujer del torero, poco se sabe. El piso que ocupaba en la madrileña calle de Diego de León acoge actualmente a dos de sus hijos, Miguel y Andrés. Marina vive con su pareja, Fabio Mantegazza, un empresario multimillonario que ya ha cumplido los 50, suizo de familia, con raíces italianas y madre canaria, divorciado de una inglesa y padre de dos hijos. Se rumorea que la pareja podría casarse por lo civil antes de que finalice 2017. Danko, diseñadora de joyas, está enamorada, es correspondida, y pasa la mayor parte del tiempo en Lugano, donde tiene fijada su residencia y sus empresas este hombre de negocios relacionados con el mundo del transporte y el turismo.

Azuara y Danko no se conocen, ni tan siquiera han hablado por teléfono. La colombiana y el torero se separaron después de más de tres décadas de matrimonio y en los últimos años no mantuvieron la menor relación. Curiosamente, Miguel se puso del lado de su padre cuando llegó la ruptura, pero hace un par de años tuvieron un fuerte desencuentro y el hijo se reconcilió con su progenitora. El secretismo rodea a la familia y se sabe que murió sin propiedades a su nombre. Algún cuadro de Botero y poco más. La finca donde vivió casi toda su vida pertenece a una sociedad de los empresarios taurinos hermanos Lozano, grandes amigos suyos que le permitieron residir en ella hasta el final de sus días. Problemas con Hacienda dejaron a Sebastián en la ruina. Salió adelante gracias a la venta de sus cuadros, ya que era un pintor cotizado y se ganaba bien la vida gracias a ello, pero no hasta el punto de crear un gran patrimonio. Le gustaba la ropa cara y comer en los mejores restaurantes, y podía permitírselo, pero sin excesos. Dentro de unos días se sabrá si dejó escrito un testamento. De ser así, se supone que Azuara sería la gran beneficiada, al ser la persona que más le quiso y que cuidó hasta su muerte.