Hamburgo
Fallece un príncipe alemán al caer de un 21 piso
Carlos von Hohenzollern había salido de prisión con un permiso laboral y tenía 39 años. La policía investiga si se trata de un suicidio
Carlos von Hohenzollern había salido de prisión con un permiso laboral y tenía 39 años. La policía investiga si se trata de un suicidio
El príncipe Carlos von Hohenzollern cumplía condena por fraude desde 2014. Había sido acusado de intercambiar fondos mutuos que nunca existieron y de provocar pérdidas valoradas en 8,8 millones de euros. Se declaró culpable de parte de los delitos y en julio habría terminado de cumplir su condena.
El pasado viernes se le permitió salir anticipadamente de la cárcel como parte de los preparativos para la libertad. Esa misma mañana condujo 150 kilómetros hasta llegar a Frankfurt donde se hospedó en el hotel Intercontinental, un cinco estrellas. Allí subió en ascensor hasta el piso 21, saltó la valla próxima al restaurante y se precipitó al vacío a las 14,40 horas, falleciendo en el acto.
«Estamos investigando si se trata de un suicidio, ya que no hay indicios de que sea un accidente o un homicidio», dijeron los policías que investigan el suceso al periódico alemán «Bild». Desde la cárcel, han asegurado que nada hacía sospechar que el joven aristócrata tuviera intención de quitarse la vida y que en prisión no recibía tratamiento psicoterapéutico ya que «no había evidencia de que fuera necesario».
Carlos Patrick Godehard Príncipe de Hohenzollern, de 39 años, era uno de los dos hijos de Godehard Friedrich, Príncipe de Hohenzollern y Heide Hansen, quien falleció en mayo de 2001 y que fue un famoso coleccionista de arte. Nacido en Múnich en 1978, creció en el castillo Burg Namedy y heredó una fortuna multimillonaria procedente tanto de la colección de su padre como de la herencia dinástica. Con 28 años se asoció, sin demasiado éxito, con un empresario para crear en Hamburgo una compañía que pretendía promocionar marcas de lujo en Alemania. Dilapidada su fortuna, cayó en la criminalidad.
Fondos de inversión «fantasma»
En 2011, fue condenado a cuatro meses de libertad condicional por no pagar una deuda pendiente y en 2014, recibió la pena de cuatro años de prisión por negociar con fondos de inversión multimillonarios que no existían, según informó la revista alemana «Bunte».
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