Salud
Estos son los deportes que han seducido a Karlie Kloss, Gigi Hadid o Adriana Lima
Ganar fuerza y autoestima, liberar estrés, muscular, quemar calorías o aprender a defenderse son algunos de sus beneficios
Crece el número de mujeres atraídas por el boxeo y los deportes de combate así como por las artes marciales y las disciplinas de defensa personal. Son muchas las motivaciones, también los beneficios, físicos y mentales, para subirse al ring o luchar en un tatami. Así lo confirma Sara Álvarez, fundadora y creadora de Reto 48. “Han dejado de ser disciplinas masculinas para estar en mente de muchas de las mujeres que quieren ponerse en forma”. Además, añade, el mero hecho de entrenar incrementa la confianza en nosotras mismas y la percepción de ser capaces de conseguir todo lo que nos proponemos al tiempo que se gana autoestima y sensación de seguridad, “al fin y al cabo, se aprenden métodos de autodefensa”. Quienes entrenan en alguna de estas disciplinas lo saben: su práctica no se queda en la musculación, la fuerza o el subidón de endorfinas, sino que contribuyen en gran medida a su desarrollo personal y es una eficaz válvula de escape para sortear tiempos difíciles. Desde el célebre boxeo (y sus variedades) hasta el jiu jitsu (japonés o brasileño) o el exigente (e incluso peligroso) krav maga, pasando por modernas versiones adaptadas al fitness, las posibilidades se multiplican.
UN BUEN GANCHO
El boxeo es uno de los deportes más completos que existen a nivel corporal, y no, no se limita al tren superior, como se cree erróneamente. “Aúna trabajo cardiovascular y de tonificación. Para las mujeres resulta muy beneficioso a la hora de fortalecer y endurecer brazos, abdomen, hombros, glúteos y piernas. Hay que romper con la idea de que el boxeo solo trabaja los brazos”, asegura Sara Álvarez. Sus tres grandes beneficios, explica la experta, son la pérdida de grasa, ya que quema calorías en poco tiempo (entre 400 y 600 en una sola clase); la tonificación, porque incrementa la masa muscular por la fuerza que se ejerce al realizar los movimientos, un nivel de fuerza que aumenta, además, el peso de los guantes; y el trabajo de distintos grupos musculares, porque el boxeo requiere un constante movimiento de piernas en las diferentes posiciones y mucha fuerza en el abdomen para poder golpear.
Eso a nivel físico, pero desde el punto de vista psicológico, este deporte tampoco tiene desperdicio. “Es una de las actividades físicas que más estrés y adrenalina liberan y el grado de relajación que se alcanza al finalizar una sesión de combate no es comparable al de ninguna otra”, confirma Álvarez, quien añade que al mismo tiempo aumentan progresivamente nuestros niveles de energía y autocontrol.
LIARSE A PATADAS
En su mayoría originarias de Oriente, las artes marciales se basan en técnicas de defensa –bloqueos, patadas, golpes, proyecciones, agarres, etc…–, perfectamente regladas, en las que no todo vale. Además de la autoprotección, su práctica promueve el desarrollo personal, la disciplina mental, la forja del carácter y la autoconfianza. Con armas (espada, palos, mazas…) o en la lucha cuerpo a cuerpo, su objetivo, en general, es neutralizar al atacante de la forma más eficiente y el mínimo daño posible, suelen tener una estética (de ahí que se consideren artes) y promover unos valores. El judo, el karate, el kung fu o el aikido son probablemente las disciplinas más conocidas, pero la lista es mucho más amplia.
Entre las modalidades más soft se encuentra el jiu-jitsu, japonés o brasileño. Considerado como ‘el arte suave’, es una lucha cuerpo a cuerpo con kimono, que presenta un amplio repertorio de técnicas de combate en tierra.
Pero si hay una modalidad que despierte especial interés entre el público femenino es el kickboxing, nacido de la fusión del boxeo con las artes marciales (combina los golpes de fuego rápido del primero con las patadas de las segundas). Muchos de los cuerpos más fit de la pasarela –Karlie Kloss, Gigi Hadid o Adriana Lima, entre muchas otras– han contribuido a popularizar este deporte, desarrollado en los años 90, que se practica en ring o en tatami, y que, como señala Sara Álvarez, trabaja en la flexibilidad y agilidad, la tonificación y la estética de los golpes. Además de ser un entrenamiento cardiovascular y de musculación, lo es también de la autoestima, puesto que es una excelente forma de aprender también defensa personal.
Similar al kickboxing, pero con música y movimientos coreografiados es el body combat. Sus movimientos provienen del karate, boxeo, taekwondo, tai chi y muay thai y, lo mejor, no hace falta tener experiencia previa en ninguna de estas modalidades, puedes progresar a tu propio ritmo y está concebido para todas las edades y habilidades de fitness.
Integrar movimientos de boxeo en una rutina de ‘fitness’ es una de las tendencias más punteras de puesta en forma
✕
Accede a tu cuenta para comentar