Crisis de gobierno
El principal asesor de Scholz asumirá Finanzas tras la expulsión de los liberales de la coalición de Alemania
El presidente alemán exige a los políticos estar a la altura tras el colapso de la coalición
Después de tres años muy complicados y con el trasfondo de la guerra en Ucrania, una inflación récord y el fantasma de la recesión, la coalición alemana colapsó este miércoles, a casi un año de las elecciones generales. Según Olaf Scholz, el país irá a las urnas a más tardar a finales de marzo. Hasta entonces, el canciller intentará un ejecutivo al lado de Los Verdes aunque nadie, desde la esfera política, asegura que esto pueda ser tangible. Por de pronto, el presidente federal Frank Walter Steinmeier nombró este jueves a Jörg Kukies como nuevo ministro de Finanzas, en sustitución del líder de los liberales Christian Lindner. El ex banquero de inversiones de Goldman Sachs es un hombre de confianza para Scholz y recientemente ocupó el cargo de Secretario de Estado en la Cancillería.
El colapso del gobierno alemán deja al país a la deriva política y, con la victoria de Donald Trump, a expensas de los enormes desafíos que enfrenta Alemania y Europa, principalmente en cuestiones de política de seguridad, comercial y climática. Tal y como se apunta desde varios medios alemanes, Alemania ha fracasado como “ancla de estabilidad”. El detonante fue un documento con el que Lindner propuso eliminar regulaciones para la protección del cambio climático y hacer recortes sociales, todo con el propósito de relanzar la economía. Como medida inmediata, el documento pedía la abolición definitiva del recargo de solidaridad – introducido en 1991 para paliar los efectos de la guerra del Golfo y, a partir de 1995, para financiar los costes de la reunificación alemana-, el cese inmediato de todas las nuevas regulaciones y un cambio de rumbo en política climática. Unos objetivos que se toparon con la resistencia por parte del Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes. En palabras de Scholz, Lindner había pedido públicamente un cambio de rumbo con un importante recorte de impuestos para las rentas altas y, al mismo tiempo, la reducción de las pensiones. “Eso no es decente”, replicó el canciller. Queda en el aire cómo cerrar ahora los miles de millones de euros en brechas para el presupuesto de 2025.
Lindner acusó al canciller de haber provocado deliberadamente la ruptura de la coalición y de ahí que todos sus ministros presentaran su dimisión, excepto el ministro de Transportes, Volker Wissing, que por el momento quiere mantener su puesto en el gobierno y, a la contra, anunció que quería abandonar el FDP. La ministra de Educación, Bettina Stark-Watzinger, solicitó formalmente su despido el jueves por la mañana. “Los momentos de inflexión política en nuestro país siempre han sido una buena brújula para nosotros”, declaró. Según algunos medios alemanes, los cargos de ministro de Justicia y de educación serán asumidos por ministros que ya forman parte del gabinete. Los Verdes, por su parte, quieren permanecer en un gobierno con el SPD hasta nuevas elecciones. Según el vicecanciller y ministro de Economía, el ecologista Robert Habeck, el gobierno es capaz de "continuar bien su trabajo". Sin embargo, y en el contexto de la crisis política mundial y sin tener firmados los presupuestos del próximo año, Habeck advirtió que “era el peor momento para que el gobierno fracasara".
Con todo este trasfondo, el líder de la oposición, el cristianodemócrata Friedrich Merz, aseguró que si Scholz allana el camino de forma rápida para unas nuevas elecciones, la Unión conservadora examinará qué proyectos legislativos puede apoyar hasta entonces. No obstante, matizó que la cuestión de la confianza al canciller debería plantearse "a más tardar a principios de la próxima semana". Merz que opina que no hay motivo para esperar hasta la primavera para una nueva convocatoria electoral. El Presidente federal podría entonces disolver el Bundestag en el plazo de 21 días.
El cierre del semáforo también supone un revés para la economía alemana. Se estima que el 2024 cerrará con recesión, por segundo año consecutivo, y de ahí que la incertidumbre haya hecho mella entre las empresas y los hogares privados; las empresas frenan sus inversiones y los ciudadanos ahorran su dinero. Una predicción que es poco probable que cambie por ahora. Las asociaciones empresariales habían pedido a la ahora rota coalición que se llevasen a cabo reformas integrales y rápidas. Los puntos más importantes: los precios de la energía -que son altos en comparación con los estándares internacionales-, tendrían que bajar; la burocracia tendría que reducirse y la infraestructura a veces deteriorada tendría que arreglarse.
En medio de la crisis gubernamental, el Bundestag ha cancelado en gran medida su programa de reuniones para esta semana. El viernes por la mañana está previsto un debate sobre los 35 años de la caída del Muro de Berlín, tras el cual se discutirá la crisis gubernamental a petición del partido extremista Alternativa para Alemania. Además, el canciller canceló su presencia en la 29ª Conferencia Mundial sobre el Clima en Bakú, la capital de Azerbaiyán, debido a la ruptura de la coalición.