Cargando...

Asia

China eleva su estado de alerta: preparados para cualquier escenario frente a Taiwán

Pekín ha desplegado varias patrullas conjuntas de preparación para el combate y un general avisa de que sus fuerzas armadas están listas para aplastar cualquier intento que amenace la unidad nacional de China

China/Taiwán.- Taiwán denuncia la presencia de más de un centenar de aviones del Ejército de China cerca de la isla CONTACTO vía Europa PressEUROPAPRESS

El Ministerio de Defensa Nacional de Taiwán denunció este lunes un nuevo desafío inaceptable a su soberanía: 26 aeronaves chinas, incluidos cazas J-10 y drones, cruzaron la línea media del estrecho. Este despliegue militar, que cercó el territorio con "patrullas conjuntas de preparación para el combate", se produjo en un clima de creciente tensión tras las contundentes declaraciones del presidente William Lai, quien calificó a Pekín como una "fuerza extranjera hostil".

Con la amenaza de una invasión latente, las Fuerzas Armadas taiwanesas han activado una respuesta decidida, movilizando aviones, buques y sistemas de misiles costeros para contrarrestar cualquier agresión. En medio de esta escalada, Taipéi ha comenzado a replantearse sus relaciones con Estados Unidos, preocupada por el reciente deterioro en los lazos de Washington con Kiev y su acercamiento a Rusia para buscar una resolución en Ucrania. Algunos funcionarios taiwaneses advierten que la isla no puede seguir dependiendo de otros para mantener la paz.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, no escatimó en advertencias este lunes al afirmar que las operaciones militares de su país son acciones imprescindibles y legalmente justificadas para salvaguardar su soberanía nacional y la integridad territorial. Estas maniobras son una respuesta contundente “a la inaceptable complicidad y respaldo de fuerzas externas hacia las actividades independentistas de la isla, constituyendo una severa advertencia a los separatistas”. Mao no ocultó su descontento con Estados Unidos, acusándolo de emprender acciones erróneas que amenazan la estabilidad regional.

En particular, criticó el cambio en la página web del Departamento de Estado, donde se eliminó la declaración de que EE.UU. "no apoya la independencia". “Este movimiento es un claro indicativo de cómo Washington busca utilizar la cuestión de la isla como un arma para contener a China, enviando un mensaje peligrosamente erróneo a los grupos separatistas”, aseguró.

La funcionaria china enfatizó que este asunto es un pilar fundamental para sus intereses, advirtiendo que el principio de “una sola China” es la base de las relaciones con la Casa Blanca. "Si los cimientos no son sólidos, todo temblará", sentenció. La "independencia" es incompatible con la paz en la región, y cualquier intento de promover actividades separatistas “se adentra en un callejón sin salida”. Utilizar la cuestión como herramienta de contención es un juego arriesgado que podría desencadenar consecuencias devastadoras.

Por su parte, el ejército chino ha elevado su estado de alerta a niveles máximos, y ha declarado estar "preparado para luchar en todo momento y capaz de hacerlo cuando sea necesario". Esta advertencia fue emitida por Lin Xiangyang, comandante del Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación (EPL), quien habló en un simposio en Pekín con motivo del 20 aniversario de la Ley Antisecesión.

Esta legislación, fundamental en la estrategia de Pekín, establece a Taiwán como una parte inalienable de China, legitimando el uso de la fuerza en caso de que la isla declare independencia. Lin subrayó que la normativa no solo refuerza la oposición a la secesión, también ofrece un marco jurídico que justifica la utilización de "medios no pacíficos" para asegurar sus objetivos.

El discurso se emitió en un momento crítico de escalada de tensiones en el estrecho de Taiwán, exacerbadas por la llegada al poder de William Lai, líder del Partido Democrático Progresista (PDP) y conocido por su postura independentista. Desde su asunción, Pekín ha calificado a Lai de "peligroso separatista", advirtiendo que su liderazgo podría desencadenar un conflicto inminente.

En extractos de su discurso, publicados por el Diario del Pueblo, el portavoz del Partido Comunista, el comandante Lin no escatimó en advertencias: "Si los secesionistas taiwaneses persisten en su obstinación o emprenden acciones desesperadas, y si fuerzas externas buscan desestabilizar las relaciones entre ambos lados del estrecho, el ejército chino tomará todas las medidas necesarias para disuadirlos y castigarlos con firmeza". Además, subrayó que están decididos a "desarrollar medios más fiables y capacidades más potentes" para llevar a cabo preparativos militares concretos y adecuados que aseguren la unificación total de la patria.

En un contexto cada vez más belicista, Pekín anunció un aumento del 7,2% en su presupuesto de defensa para 2025, alcanzando la cifra de 1.784.700 millones de yuanes (245.700 millones de dólares). Este incremento, que mantiene el mismo ritmo que el año anterior, reafirma su posición como el segundo país con mayor gasto militar en el mundo, aunque aún muy por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, expertos occidentales advierten que estas cifras oficiales son una subestimación significativa que oculta un rearme masivo, cuyo objetivo declarado es prepararse para un asalto militar contra Taiwán en los próximos años.

El ejército chino ha elevado la presión sobre la isla en los últimos años, especialmente en el contexto de los intercambios estratégicos con Estados Unidos, percibidos por Pekín como una afrenta a su autoridad. Aunque la mayoría de las naciones, incluida la potencia estadounidense, no reconocen la independencia del territorio, Washington se opone firmemente a cualquier intento de coerción militar y tiene la obligación legal de proporcionar armamento para su autodefensa.

El comandante chino enfatizó que la incorporación de tecnología avanzada y armamento de última generación ha potenciado significativamente las capacidades del EPL para "prevalecer en un conflicto inteligente y basado en la información".

El dirigente de la isla autogobernada presentó el jueves un conjunto de 17 tácticas destinadas a enfrentar lo que califica como amenazas e infiltraciones del régimen continental, al que denomina "fuerza hostil". Entre las medidas de seguridad destaca la reactivación del sistema de justicia militar, que permitirá juzgar a efectivos en servicio por delitos como traición, colaboración con el enemigo y divulgación de información clasificada.

En un pronunciamiento posterior, la agencia estatal china Xinhua acusó al Partido en el poder taiwanés de adoptar una fachada "democrática" para conseguir ventajas en las urnas. Sin embargo, sostiene que la "máscara engañosa" de Lai ha caído con la implementación de estas regulaciones, exponiendo su "naturaleza autoritaria, anticomunicativa, belicosa y antidemocrática" respecto a su soberanía. El informe advierte que Lai "solo llevará a la isla a un estado de guerra y crisis", y sostiene que la población se convertirá en víctima de sus "provocaciones imprudentes".

En Taiwán, sin poder decirlo públicamente a riesgo de despertar la cólera del presidente estadounidense, la clase dirigente y las autoridades están claramente preocupadas por la futura estrategia de la nueva administración para el país. El alineamiento de Trump con las exigencias de capitulación de Vladimir Putin en Ucrania está proporcionando a China un arsenal de argumentos para justificar una posible invasión de Taiwán. La postura abiertamente prorrusa del 47º presidente de EE.UU., utilizada para legitimar la brutal agresión contra Ucrania, ha desatado una retórica beligerante desde Pekín. Analistas advierten que, bajo esta lógica, China podría sentirse legitimada para actuar contra Taiwán, viendo en la falta de respuesta contundente de Estados Unidos un aval para avanzar en sus ambiciones expansionistas.

Políticos y expertos en la isla rebelde se cuestionan si serán la próxima víctima de las fluctuaciones en la política de Washington y qué estrategias pueden implementar para evitar un desenlace catastrófico. Han estado trazando paralelismos entre su situación y la de Ucrania, especialmente ante las crecientes amenazas de invasión por parte del régimen continental. Las administraciones estadounidenses anteriores han presionado a Taipéi para que incremente sus inversiones en defensa, mientras que Washington ha mantenido una postura deliberadamente ambigua respecto a su compromiso de proteger la isla ante un posible ataque chino. Sin embargo, las recientes acusaciones del Trump sobre la industria de semiconductores taiwanesa marcan un cambio significativo en la narrativa.