Rusia en el Sahel
¿Podría estar cerca el fin del Grupo Wagner en Mali?
Los malos resultados en el campo de batalla y el aumento de la inseguridad en el país africano afectan directamente a la compañía rusa
No sería realista decir que la lucha antiterrorista en Mali va por buen camino. Tampoco podría asegurarse que el conflicto vigente entre la junta militar de Bamako y los separatistas de Azawad concluirá próximamente. Mientras Assimi Goita centra sus esfuerzos y recursos en combatir al separatismo en el norte del país, con éxitos relativos desde aquella sonada toma de Kidal en noviembre de 2023, grupos de corte extremista como el JNIM y el Estado Islámico del Gran Sáhara (EIGS), entre otros, multiplican sus ataques en la práctica totalidad de la geografía nacional. Por cada victoria que puede celebrar la junta militar, se acumulan nuevas derrotas, y nuevos rumores indican que podría estar próximo el fin de la estancia del Grupo Wagner en el país africano.
Un breve repaso a lo sucedido este mes de octubre puede explicar la situación actual. En lo referente a la lucha antiterrorista, sólo entre el 6 y el 13 de octubre se contabilizaron ocho ataques en Mali por mano del JNIM (filial de Al Qaeda en la región). El seis de octubre tuvo lugar un fuerte ataque contra el campamento militar de Ber, que pudo ser rechazado por las fuerzas de la capital con un importante dato a señalar: el líder del JNIM, Joulaibib Al-Ansari fue abatido junto con otros terroristas en el marco del enfrentamiento. Sin embargo, pocos días después, canales de Telegram asociados al Grupo Wagner confirmaron la muerte de Mikhail Prikhodko, un importante comandante de la compañía de mercenarios, en el curso de una segunda ronda de enfrentamientos sucedidos en Ber durante el 12 de octubre.
Otros escenarios se dieron en una emboscada del JNIM contra militares malienses en Segú (los terroristas publicaron a continuación imágenes de un lanzagranadas de fabricación china, supuestamente capturado tras el combate), en otra emboscada contra una columna de militares que se dirigía a Tombuctú y que resultó con varios vehículos destruidos, además de un ataque con mortero a posiciones malienses en la propia Tombuctú, etc. Aunque aún quedan varios meses para que concluya 2024, caben pocas dudas respecto a la posibilidad de que este sea el año más mortífero en lo que lleva Mali enzarzada en la lucha antiterrorista.
Un suceso reciente destaca por encima del resto de catástrofes y puede considerarse como un antes y un después en las relaciones del Grupo Wagner con la junta militar maliense. Tras la masacre de Tinzawaten ocurrida el pasado mes de agosto, cuando alrededor de 40 operativos rusos fueron asesinados en los combates ocurridos contra el grupo independentista CSP, se organizó una importante columna militar compuesta por militares malienses, operarios Wagner y otros grupos armados con la intención de tomar la localidad de Tinzawaten y vengar a los compañeros caídos. Dicha columna tardó casi una semana en recorrer los 150 kilómetros que separan Kidal de Tinzawaten y finalmente tuvo que dar la vuelta para regresar a Kidal, sin haber cumplido el objetivo de tomar Tinzawaten. Aunque la junta militar emitió un comunicado donde aseguraba haber recuperado (al menos) los cuerpos de los caídos en el mes de agosto, el CSP publicó otro comunicado donde negaba que esto hubiese ocurrido y difundió un vídeo donde aparecía la famosa columna dando media vuelta.
El fracaso de la operación venganza ha sido muy sonado. Una exclusiva publicada por la agencia Reuters el pasado 11 de septiembre revelaba que los mercenarios asesinados en el norte de Mali eran en su mayoría veteranos que habían sobrevivido a estancias en Libia, Siria o Ucrania, lo que hace suponer aún mayor su pérdida. Además, en la masacre de Tinzawaten murió también Nikita "Belyi" Fedianin, administrador del canal wagnerita de Telegram conocida como Grey Zone. Por otro lado, ha quedado patente la incapacidad de la junta militar de realizar ninguna operación de envergadura desde la toma de Kidal, así y como la supremacía de los independentistas en un escenario tan complejo como es el desierto. Lo que debería haber sacado a Goita de la humillación, le ha hundido más en ella.
Informaciones por confirmar indican que, desde este fracaso, se lleva percibiendo un importante movimiento de operativos Wagner en la geografía maliense con fines por especificar. Nuevos rumores indican además fuertes diferencias entre Wagner y la junta militar maliense. Lo que hace plausible arrojar la siguiente pregunta, tras todo lo ocurrido en los últimos meses: ¿es este el fin del Grupo Wagner en Mali?
Una respuesta afirmativa no sería descabellada, por una serie de razones. La primera, porque ya existen antecedentes donde las diferencias entre Wagner y un gobierno africano han concluido con la salida de los rusos del país. En Mozambique, en el marco de la lucha contra la insurgencia terrorista en Cabo Delgado, la famosa compañía rusa colaboró del lado del gobierno mozambiqueño entre 2019 y 2021, llegando esta asociación a su fin debido al elevado número de filtraciones que sufría el lado mozambiqueño y que ponían en grave peligro a los operativos rusos sobre el terreno. Por lo tanto, una ruptura como producto de los desacuerdos y de las derrotas militares nunca es desechable. Además, la reestructuración de las fuerzas rusas en África tras la muerte de Yevgueni Prigozhin ha permitido al Kremlin aumentar su influencia gracias a nuevos medios como Africa Corps y la creciente presencia del Ministerio de Defensa ruso en el continente. Este último incluso pudo apuntarse una reciente victoria, tras anunciarse esta semana que militares rusos han comenzado a entrenar a miembros del ejército de Guinea Ecuatorial.
Vladimir Putin no necesita al Grupo Wagner en Mali. Si el líder ruso busca mantener su presencia en esta estratégica nación, le bastaría con proseguir su programa de reformas dirigidas a obtener un control de los medios militares de los que dispone Rusia. Aunque muchas voces han asegurado que Wagner cobra sus servicios en Mali mediante la explotación directa de minas de oro, llevando a la creencia de que los wagneritas no abandonarán el país por miedo a perder las minas, dicha afirmación no es cierta (aunque sí que participan en la protección de algunas minas). El pago a Wagner lo realiza el propio gobierno maliense y no hay minas que puedan perder.
Además, próxima a Mali se encuentra República Centroafricana, donde la posición de Wagner sí que es en extremo fuerte y con un balance de bajas/pago mucho más rentable del que se puede observar en Mali. La pérdida de influencia de Wagner en el panorama africano como consecuencia de los nuevos programas militares del Kremlin pueden ofrecer a Goita una vía de salida, o una alternativa, para ofrecer a su población, cada vez más cansada de sus continuos fracasos en el teatro de operaciones. Por otro lado, el elevado número de conflictos en los que participa Wagner pueden tapar el agujero económico que dejaría en sus arcas el hecho de abandonar Mali… siempre que se aseguren la firma de jugosos contratos en otros países. La andadura que comenzó la compañía rusa en 2021 en suelo maliense parece que sólo podría continuar en el caso de una seria reestructuración de sus funciones en el territorio.
Assimi Goita se autonombró general esta misma semana. Antes era coronel. Las derrotas acumuladas le han valido un ascenso. Todo a su alrededor se desmorona mientras tanto. Y, respondiendo a la pregunta del titular, sí, es plausible que el Grupo Wagner abandone Mali en los próximos meses sin que por ello se vea afectada la influencia rusa en el país africano. El vaso está a punto de desbordarse y sólo hace falta conocer dónde estallará la última gota en un país asediado por la guerra.
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