Acuerdo
La OTAN anuncia que Stoltenberg seguirá un año más al frente de la Alianza
Las dudas de Estados Unidos sobre su sucesión han forzado una prórroga
Ya es oficial. No es bueno cambiar de capitán mientras prosigue la tormenta. Los embajadores de los 31 países de la Alianza decidieron prorrogar ayer el mandato de Jens Stoltenberg como secretario general de la organización militar un año más hasta el 30 de septiembre de 2024, lo que significa que su sucesor o sucesora se elegirá en la cumbre que tendrá lugar dentro de un año en Washington y que conmemorará el 75º aniversario de la Alianza Atlántica.
Hay un norma no escrita en la organización militar por la que el secretario general es siempre un europeo, pero el veredicto final recae en Washington. Han sido precisamente las dudas de Estados Unidos a la hora de encontrar un sucesor a Stoltenberg las que han acabado desembocando en este nueva prórroga, a pesar de que el político noruego se había mostrado a favor de no continuar en repetidas ocasiones.
Se esperaba que el presidente de EE UU, Joe Biden, se inclinara por la candidatura de la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, pero su visita a la Casa Blanca no fue tan bien como se esperaba, lo que acabó aguando sus posibilidades. Ante las dificultades de encontrar un candidato en medio de una guerra en Ucrania, en las últimas semanas los aliados han estado presionando a Stoltenberg para que aceptara una nueva prórroga. El político noruego se hizo cargo del timón de la Alianza en el año 2014 y se vio obligado a renunciar a la dirección del Banco Central noruego cuando en marzo de 2022, los dirigentes de la organización militar decidieron una extensión de su mandato hasta el 30 de septiembre de este año.
El político noruego, perteneciente al político socialdemócrata, había sido anteriormente primer ministro de su país durante dos periodos: entre 2000 a 2001 y de 2005 a 2023. También había sido ministro de Economía y de Finanzas. Como secretario general de la Alianza se ha distinguido por su habilidad para lidiar con situaciones difíciles sin haber perdido el control en momentos tan tensos como la guerra de Ucrania o la evacuación de Afganistán tras la conquista de los talibanes. A su vez, ha sido capaz de entenderse con Donald Trump y Emmanuel Macron cuando los dos mandatarios pusieron en cuestión la continuidad de la Alianza y el inquilino de la Casa Blanca incluso amenazó con dejar a la intemperie a los socios europeos si no aportaban más al gasto en defensa.
El político noruego agradeció ayer en las redes sociales la confianza demostrada por el resto de los socios, en unos momentos especialmente turbulentos. En un comunicado, la Alianza ha destacado «su liderazgo y compromiso», que ha sido crítico para «preservar la unidad transatlántica» en medio de «desafíos sin precedentes en la seguridad».
Esta decisión se formalizará en la cumbre que va a tener lugar en Vilna los día 11 y 12 de julio. Un encuentro que servirá para ofrecer garantías de seguridad a Ucrania cuando termine la guerra –sin que esto signifique una invitación a formar parte de la Alianza– y fijar un nuevo objetivo en el gasto en Defensa para que el 2% del PIB de cada socio sea un mínimo y no un techo. Por lo demás, continúa vigente el interrogante sobre quién es la persona idónea para suceder a Stoltenberg cuando culmine esta nueva prórroga, sin bien parten con ventaja aquellos políticos que hayan sido primeros ministros y muchas voces piden que por primera vez sea una mujer la que comande la organización militar, al igual que ha sucedido con otras instituciones como la Comisión Europea o el Banco Central Europeo.
En el pasado, sonaron con fuerza para sustituir a Stoltenberg la exprimera ministra británica Theresa May, la antecesora de Josep Borrell como máxima representante de la diplomacia comunitaria Federica Mogherini o las ex presidentas de Croacia y Lituania (Kolinda Grabar-Kitarovic y Dalia Grybauskaité). Antes de conocerse esta nueva extensión otros aspirantes con posibilidades en las quinielas eran la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, el rumano Klaus Iohannis y la presidenta de Eslovaquia Zuzana Caputová, si bien muchos creen que un miembro de una antigua república soviética liderando la OTAN podría ser interpretado como una provocación innecesaria.
También han aparecido como aspirantes el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el ministro de Defensa británico, Ben Wallace (algunos incluso han apuntado al exprimer ministro Boris Johnson), la vicepresidenta canadiense Chrystia Freeland o el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte.
Ninguno de ellos ha logrado imponerse en la carrera final y aún es pronto para conocer si uno de estos nombres podrá acabar siendo el candidato perfecto dentro de un año. El medio digital Politico también señaló a la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, aunque para ello la política alemana debería renunciar a un segundo mandato en el Ejecutivo comunitario. Una posibilidad que ahora mismo no parece la más probable.