Carrera a la Casa Blanca
Trump corteja por primera vez el descontento voto hispano en el barrio del Bronx
El candidato de los republicanos se gana el corazón de votantes en el mítico barrio neoyorquino arremetiendo contra los inmigrantes
"Vamos a ganar la ciudad”, ese fue el grito de guerra de Donald Trump en su primer mitin de campaña en el barrio del Bronx de Nueva York, un distrito históricamente demócrata y mayoritariamente latino. Para ganarse a los asistentes, el exmandatario les dio carnaza desde el primer minuto prometiendo a los asistentes ¨la mayor deportación criminal de la historia¨ si ganaba las elecciones en noviembre. Para cumplir su promesa, les pidió que votaran a los ¨patriotas que trabajan duro como ustedes y que van a salvar nuestro país¨. El público, eclipsado con sus palabras, gritaba al unísono ¨Send them back¨ (depórtenlos) y le pedían ¨build the wall¨ (construye el muro).
El encuentro reunió, según la propia organización, a más de 10.000 personas, aunque el ayuntamiento apunta a unos 3.500 asistentes en el Crotona Park, al sur del Bronx. Entre ellos había perfiles muy distintos a los que suele encontrarse el expresidente en sus eventos, negros e hispanos que viven en una de las zonas más pobres de la ciudad natal del exmandatario. Trump confesó que amaba Nueva York y lamentaba que ¨ahora fuera una ciudad en declive¨.
Acompañó su discurso con ejemplos, como el ataque a policías en pleno Times Square por parte de una banda de inmigrantes recién llegados a la gran urbe, o el uso de una escuela de Brooklyn convertida temporalmente en refugio para acoger personas indocumentadas. Por una ley de hace más de 40 años, la Gran Manzana es una ciudad santuario obligada a dar techo a todo aquel que llegue a sus calles. Un estatus del que la ciudad siempre se ha sentido orgullosa, pero que en los dos últimos años le ha acarreado más problemas que alegrías.
Desde el verano del 2022 han llegado a la ciudad más de 150.000 inmigrantes en autobuses procedentes de la frontera con México y enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, para presionar al presidente Joe Biden en cuestiones migratorias. Hace tiempo que los sistemas sociales de la Gran Manzana están al borde del colapso, hasta el punto de que el propio alcalde, Eric Adams, apoyado por la gobernadora del estado Kathy Hochul, pelea a nivel judicial que Nueva York renuncie a acoger a todo el que llega porque no hay más espacio disponible en los albergues, y los fondos públicos escasean.
El apoyo federal no acaba de llegar, y la falta de recursos poco a poco ha ido calando en la paciencia de los neoyorquinos. Sobre todo, en las zonas más pobres de la ciudad, como el barrio del Bronx. Precisamente a por ese descontento y frustración fue este viernes Donald Trump.
El exmandatario lamentó el aumento de inmigrantes indocumentados llegados al país y criticó las políticas económicas de Joe Biden, las cuales aseguró que dañaban desproporcionadamente a las personas negras, un grupo de votantes clave en las elecciones del próximo 5 de noviembre. Trump se centró en lo que más importa a este electorado, ¨nuestra población negra e hispana que está perdiendo sus empleos, perdiendo sus viviendas, perdiendo todo lo que pueden perder¨, por culpa de miles de indocumentados que están llegando a la ciudad, según defendía.
La gran mayoría de los asistentes venía a apoyar a Donald Trump, pero a escasos metros y separados por un fuerte despliegue policial, se podía ver al menos un centenar de detractores del republicano. No hubo que lamentar graves incidentes, pero sí fue necesario usar vallas metálicas que separaran a unos de otros. Los oponentes de Trump eran menos, pero estaban más conectados con la realidad que se vive en Nueva York, una ciudad demócrata que Trump perdió con una gran diferencia en las elecciones del 2016 y 2020.
Es cierto que desde entonces la situación ha cambiado bastante y encuestas recientes apuntan a que su insistencia de que esta vez podría hacerse con la ciudad no suena tan disparatada como en ocasiones anteriores. ¨No asumas que no importa sólo porque vives en una ciudad azul¨, boceaba Trump haciendo referencia a la marcada tendencia demócrata de la gran urbe, ¨vives en una ciudad azul, pero se está poniendo muy roja muy rápido¨.
El Partido Demócrata del Bronx, había contraprogramado un evento y con carteles en los que se podía leer ¨el Bronx dice no a Trump ¨tacharon al exmandatario de oportunista. ¨Hablan sobre el Bronx y todo lo que tiene de malo¨, señaló la representante estatal demócrata Amanda Séptimo, ¨pero nunca llegan a la parte que habla de lo que van a hacer por el Bronx, y sabemos que Trump nunca llegará a esa parte en su discurso¨.
El republicano ha pasado gran parte del último mes en el bajo Manhattan enfrentando uno de sus cuatro juicios penales en el caso de Stormy Daniels. La próxima semana los abogados presentarán los argumentos finales y el jurado podrá comenzar a deliberar si considera culpable o inocente al exmandatario.
El jueves llegó al evento acompañado del que fue su abogado personal y antiguo alcalde de la ciudad, Rudy Giuliani y de su posible compañero de fórmula, el representante republicano de Florida, Byron Donalds, quien aseguró que ¨la estrategia es demostrar a los votantes del Bronx y Nueva York que esta no es una elección presidencial típica, que Donald Trump está aquí para representar a todos y volver a encarrilar al país¨.
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