Causa del accidente
La "implosión catastrófica" del submarino Titan: ¿culpa del entorno hostil o del material del casco?
Las autoridades quieren seguir con el operativo de búsqueda para recabar datos que permitan analizar las causas del accidente del sumergible
El pequeño submarino experimental Titan sufrió una implosión catastrófica el mismo día en el que inició la inmersión para llegar a los restos del Titanic, en el Atlántico Norte, el pasado domingo. El sumergible, operado por la empresa OceanGate Expeditions, desapareció una hora y 45 minutos después de sumergirse en el agua con cinco pasajeros, uno de ellos el dueño de la empresa, casado con Wendy Rush, tataranieta de un rico matrimonio que murió en el hundimiento del Titanic en 1912.
Desde el inicio de las investigaciones tras la desaparición de la nave, han surgido numerosas dudas sobre la calidad del sumergible. "Es probable que esa implosión se debiera a que algo en el casco de la embarcación, que finalmente cedió", explicó el arqueólogo marino Steve Nagiewicz, de la Universidad de Stockton, quien además conocía a dos de los miembros de la tripulación, al francés Paul-Henri Nargeolet -un ex oficial de la Armada gala- y al británico Hamish Harding.
En la profundidad del Titanic, que se encuentra a 3.800 metros bajo el nivel del mar, la presión alcanza un nivel 380 veces mayor que la presión atmosférica en la superficie de la Tierra, ha explicado el profesor Stefan Williams, de la Universidad de Sydney, en su blog académico. "Una falla en el casco del Titan podría haber provocado una implosión, ya que la embarcación cedió a la alta presión de las profundidades del mar", matizó el experto.
Cómo es la fibra de carbono
El sumergible medía solo 6,7 metros de largo, 2,5 de alto y 2,8 de ancho. Estaba fabricado con titanio y fibra de carbono y daba la posibilidad a los pasajeros de explorar entre las profundidades del océano a través de una única ventana de visualización. La nave era capaz de sumergirse más de 4.000 metros, y alcanzaba una velocidad de 3 nudos náuticos desplazando casi 11 toneladas de peso.
La fibra de carbono es una fibra sintética fabricada con filamentos de carbono a partir del poliacrilonitrilo. Sus propiedades mecánicas son similares a las del acero, por su dureza y resistencia al impacto, mientras que su ligereza es comparable con la madera o plástico.
En 2018, David Lochridge, ingeniero y piloto de submarinos, presentó una demanda contra OceanGate Expeditions, la operadora del sumergible Titan, para la que habría trabajado en el pasado, en la que expresaba su preocupación por las condiciones de seguridad de la nave, en particular porque el casco del Titan estaba hecho de fibra de carbono en lugar de una composición metálica. Lochridge señaló que la empresa podría "exponer a los pasajeros a un peligro extremo potencial en un sumergible experimental", ya que los clientes "no estarían al tanto" de este diseño y la falta de pruebas.
OceanGate tuvo que hacer frente a otras críticas de varios empresarios que enviaron una carta a la compañía en 2018 en la que manifestaban sus reservas sobre la seguridad del submarino, señalando que el enfoque "experimental" pudiera tener resultados potencialmente "catastróficos" que podrían afectar a la industria.
Bienvenido Alonso, ingeniero en Navantia y profesor en la Escuela de Navales de la Universidad Politécnica de Cartagena, asegura que los fallos técnicos más habituales pueden ser la pérdida del control del sumergible por fallo en los "thrusters" (propulsores) o un "blackout", y tras ellos, los problemas derivados del control de la atmósfera interior.
En un entorno tan hostil como el que encaró el Titan existen muchos riesgos. Alonso señala los principales: pérdida del control, pérdida de la energía (un "blackout" o apagón), colisión, vía de agua, "caída" hacia el fondo por cambios bruscos en la salinidad del agua exterior y atrapamiento con obstáculos externos. "Para un sumergible bien mantenido y bien pilotado, con tripulación experimentada que no asuma riesgos en la navegación, los fallos técnicos más habituales pueden ser la pérdida del control del sumergible por fallo en los thrusters (propulsores) o un blackout, y tras ellos, los problemas derivados del control de la atmósfera interior", asegura en declaraciones a LA RAZÓN.
En realidad, no se conoce con seguridad el origen de la implosión del submarino. Por ese motivo, el operativo de seguridad quiere seguir con las patrullas en la zona del accidente. La Guardia Costera de EEUU también ha afirmado que quiere encontrar los cuerpos sin vida de los ocupantes.