Inmigración
El Parlamento alemán da luz verde a las deportaciones masivas de Scholz
El Gobierno busca repatriar con más agilidad a los solicitantes de asilo con peticiones rechazadas y dar más competencias a la policía para evitar fugas
Más poderes a la policía o aumentar la duración máxima de la detención de inmigrantes de los diez días actuales a los 28, para que las autoridades tengan más tiempo para gestionar una deportación o evitar que la persona deportada se oculte. Estas son solo dos de las medidas que aprobó este viernes el Parlamento alemán para simplificar las deportaciones y poner veto al creciente número de solicitantes de asilo en Alemania.
En palabras del canciller Olaf Scholz, con la denominada “Ley de mejora de la repatriación”, se pretende los migrantes rechazados sean deportados "a gran escala" en otoño. Una medida que salió adelante con los votos del gobierno tripartito pero que, sin embargo, contó con el voto en contra de la Unión conservadora y el populista Alternativa para Alemania (AfD) que creen que la Ley no va lo suficiente lejos.
A partir de ahora, la Policía y las autoridades tendrán más derechos de ejecución en el proceso de deportación. Por ejemplo, en los pisos compartidos, los agentes tendrán el derecho de buscar a las personas que estén obligadas a salir del país en las habitaciones de sus compañeros o las deportaciones no tendrán que ser comunicadas con antelación, excepto en el caso de familias con niños menores de doce años. También se tomarán medidas más duras contra los contrabandistas o se podrá detener a los extranjeros que no proporcionen información para aclarar su nacionalidad. También, y según los planes del ejecutivo de Scholz, una acto antisemita será considerado motivo grave para la deportación, así como motivos racistas, xenófobos, de género o de orientación sexual.
Tanto Scholz como su ministra del Interior, Nancy Faeser, subrayaron que era necesario acelerar las deportaciones, aunque dotando de oportunidades a aquellos refugiados que se incorporen con rapidez al mercado laboral. Según el Ministerio Federal del Interior, unas 240.000 personas tuvieron que abandonar el país el año pasado pero, por distintos motivos, la deportación fue suspendida temporalmente en cuatro de cada cinco casos. Las razones de esto pueden ser la situación de seguridad en el país de origen, niños con permiso de residencia o la falta de pasaporte. Para la Unión Cristianodemócrata (CDU), los planes no van lo suficientemente lejos. “Cada día llegan mil inmigrantes ilegales a Alemania, pero cada mes solo son deportados mil”, criticó el secretario general de la CDU, Carsten Linnemann. “La proporción no es nada correcta, por lo que tenemos que reaccionar”. El político de la CDU pidió “un gran pacto migratorio” lo que incluye, entre otras cosas, controles fronterizos más estrictos o pasar del dinero en efectivo a prestaciones en especie para los refugiados.
La visión debe ser que solo vengan a Alemania las personas que tengan una decisión de asilo positiva. El líder de la CDU, Friedrich Merz, ya había pedido previamente en una carta al canciller Scholz que participara en la política migratoria. Para él es "una preocupación importante" que el Gobierno, los “Länder” y la oposición "lleguen a acuerdos juntos para reducir notablemente la migración irregular a Alemania", explica en la carta. Scholz y los líderes estatales quieren discutir el tema de la migración en una conferencia el próximo el 6 de noviembre. Los líderes de los estados federados ya se habían pronunciado de antemano a favor de una tarjeta de pago para los refugiados o de una repatriación más rápida y consistente.
Mientras tanto, buena parte de la sociedad alemana sigue preocupada después de que saliera a la luz la investigación sobre los contactos del AfD con la extrema derecha y los planes secretos para expulsar a millones de personas con raíces extranjeras, incluso si tienen pasaporte alemán. La AfD restó importancia a las acusaciones y se ve a sí misma como una víctima y como un partido que defiende el Estado de derecho. En paralelo, se seuceden las marchas por todo el país. Bajo el lema "Hamburgo se levanta contra el extremismo de derecha y las redes neonazis", decenas de miles de personas se manifestaron el viernes por la tarde en el centro de esta ciudad. Una circunstancia que aprovechó el canciller para pedir a la población que defienda la democracia a la luz de los planes de los extremistas de derecha.
"Lo diré muy claramente y con dureza: los extremistas de derecha están atacando nuestra democracia, quieren destruir nuestra cohesión", afirmó Scholz a través de un vídeo. Incluso la economía alemana mostró su preocupación. El creciente extremismo de derecha también influye, ya que muchas empresas temen que se pueda disuadir a los trabajadores extranjeros cualificados. Alta inflación, elevados costes energéticos, enorme presión competitiva de Asia, conflictos geopolíticos: la lista de problemas a los que se enfrentan actualmente las empresas alemanas es larga pero parece prevalecer un problema: la falta de especialistas bien capacitados y el hecho de que el extremismo de derecha parezca estar extendiéndose cada vez más en Alemania.