Historias
La esposa del piloto del submarino desaparecido es tataranieta de una pareja millonaria que murió en el Titanic
Wendy Rush es la descendiente del magnate Isidor Straus y su esposa Ida, dos de las personas más ricas a bordo del trasatlántico hundido en 1912
La esposa del fundador de la empresa OceanGate, que opera el submarino experimental desaparecido en el Atlántico norte junto a otros cuatro pasajeros, es una descendiente directa de dos personas que fallecieron en el hundimiento del Titanic en 1912. The New York Times asegura que Wendy Rush es la tataranieta de un rico matrimonio que viajaba en primera clase el fatídico 14 de abril en el que el trasatlántico se hundió tras golpear un iceberg. En el dramático episodio, unas 1.500 personas perdieron la vida y unos 700 lograron sobrevivir. Algunos de ellos llegaron a ser famosos.
Wendy Rush es esposa de Stockton Rush, piloto de la nave desaparecida y dueño de la empresa OceanGate que realiza expediciones turísticas para ver los restos del pecio. "La pasión de Stockton Rush por el Titanic proviene de su esposa", asegura el periódico New York Times, que trazó la genealogía del fundador de OceanGate y su familia hasta descubrir esta simbólica conexión familiar. Al parecer, Wendy Rush y Stockton se casaron en 1986. La pasión de ambos por el célebre pecio hundido es tal que la propia Wendy Rush participó en tres expediciones de OceanGate para ver de cerca los escombros marinos del Titanic en los últimos dos años.
Wendy Rush es la tataranieta del magnate minorista Isidor Straus y su esposa Ida, dos de las personas más ricas a bordo del Titanic. Nacido en 1845, Isidor Straus era copropietario de las famosas tiendas Macy's. Wendy es actualmente es directora de comunicaciones corporativas de OceanGate y miembro de la junta directiva desde hace mucho tiempo.
En el Titanic, Isidor e Ida Straus no eran pasajeros normales. Además de su riqueza, son recordados por su trágica historia de amor, que inspiró una escena de la película de culto de James Cameron, según el relato del periódico que ha descubierto la historia. Los supervivientes del desastre recordaban haber visto a Isidor negarse a subir a un bote salvavidas, mientras que las mujeres y los niños aún no habían abandonado el barco.
Según relatos publicados en las semanas posteriores a la tragedia, el empresario no quiso subir al bote mientras mujeres y niños aún esperaban ser rescatados. "Gracias señor, no soy mejor que nadie", le dijo a un miembro de la tripulación. Ida, su esposa, se negó a irse sin él y la pareja murió el 15 de abril de 1912 junto a casi 1.500 personas más que viajaban esa noche en el trasatlántico más famoso de la historia.
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