Reino Unido
Carlos III inicia su gira más importante en Australia ante el auge republicano en la Commonwealth
Es el tour más importante desde que subió al trono en 2022 y es el primer vieja intercontinental desde que fue diagnosticado de cáncer
Carlos III inició ayer en Australia una gira considerada como la más importante desde que subió al trono en 2022. Se trata del primer viaje de larga distancia desde que le diagnosticaron cáncer a principios de este año. La agenda de los próximos diez días para el monarca, de 75 años, se ha aligerado para permitirle hacer descansos. Con todo, el programa es extenso, ya que, tras su paso por Canberra, el rey se dirigirá a Samoa para unirse a los líderes mundiales en la Reunión Bienal de Jefes de Gobierno de la Commonwealth, su primera como jefe de la organización.
La comitiva real siempre incluye un médico. Pero en esta ocasión se llevan a dos doctores para monitorizarle durante las 24 horas y varias bolsas con su tipo de sangre. El hecho de que, pese a sus problemas de salud, Carlos III haya decidido cruzar medio globo terráqueo evidencia la preocupación de Palacio ante el auge republicano de una de las principales plazas de la que la que fue una de las asociaciones de naciones más antiguas del mundo.
Fundada en 1949 y dirigida por el rey Jorge VI, la Commonwealth está compuesta por 56 estados miembros que, con la excepción de Mozambique y Ruanda (el primero entró en 1995 y el segundo apenas en 2009), comparten lazos históricos con Reino Unido. Pero, a lo largo de las últimas décadas, la huella de la monarquía se ha ido reduciendo drásticamente. Cuando Isabel II accedió al trono en 1952, era jefa de Estado en 32 de esas naciones. En el momento de su muerte, en 2022, solo lo era de 14, sin contar con el propio Reino Unido. Aunque su papel, como el que tiene ahora Carlos III, es puramente ceremonial.
Cuando el rey y su esposa Camilla aterrizaron este viernes en Sydney les estaba esperando el primer ministro australiano Anthony Albanese, quien se vio obligado a principios de este año a aparcar los planes de un referéndum para sustituir al rey como jefe de Estado tras anunciarse la visita real. Aunque no parece que sacar las urnas vaya a ocurrir en un futuro próximo. Sobre todo por lo complicado que lo pone la Constitución australiana. Para aprobar un referéndum, hay que superar dos obstáculos. El primero es que más del 50% de los ciudadanos deben votar a favor, y el segundo es que debe conseguir el apoyo de la mayoría de los estados. Si tres estados apoyan el referéndum y tres estados se oponen, el referéndum fracasa, incluso si más del 50% vota a favor.
Pese a su convicción republicana, Albanese acompañará al rey y la reina en la visita oficial. Sin embargo, los mandatarios estatales han rechazado las invitaciones para reunirse con Carlos III en una recepción alegando “problemas de agenda”. “Este hombre está recibiendo tratamiento contra el cáncer. Parece que lo ha pospuesto para venir a Australia, como parte de la Commonwealth. Lo mínimo que podemos hacer es que nuestros líderes le rindan el respeto que se merece”, denunciaba Bev McArthur, miembro del Parlamento estatal.
Los republicanos han rebautizado la visita como “la gira de despedida de Australia” y han vendido artículos que incluyen camisetas con los rostros de los principales miembros de la realeza como si fueran miembros de una banda de rock al borde de la disolución. “Nos encantaría decir adiós al reinado real”, dijo a Reuters Nathan Hansford, copresidente del Movimiento de la República Australiana (ARM, por sus siglas en inglés).
Carlos III ha prometido no interponerse si Australia quiere convertirse en una república. “Es un asunto que debe decidir el público australiano”, se recalca en una carta enviada al ARM por su secretario privado previa a la visita.
En noviembre de 2021, siendo entonces príncipe de Gales, Carlos ya asistió a Barbados como invitado de honor en la ceremonia en la que esta nación se convertía en la república más joven del mundo. El 30 de noviembre de 1966, este rincón paradisiaco del Caribe ya conquistó su independencia, aunque eligió a Isabel II como jefa de Estado de una monarquía parlamentaria. Sin embargo, tras una votación en Parlamento, se quiso dejar atrás por completo su pasado, cambiando de modelo constitucional. Aunque continúa como miembro de la Commonwealth y la presencia del príncipe Carlos evidenciaba que todo se hacía de manera amigable.
La Commonwealth es el legado de un imperio. Pero también de una esclavitud y en el siglo XXI plantea preguntas difíciles sobre el papel que debe tener un rey extranjero. Por lo que, tras la muerte de Isabel II, los movimientos republicanos desde el Pacífico hasta América del Norte y el Caribe evalúan ahora si deben aprovechar el momento y terminar de desligar esos lazos.
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