UE
Bruselas desbloquea 137.000 millones de euros a Polonia
Estas ayudas habían sido congeladas por el incumplimiento del Estado de Derecho
La Comisión Europea prosigue su camino de deshielo con Polonia después de que el europeísta Donald Tusk haya vuelto el Gobierno. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha aprovechado su visita a Varsovia para anunciar que la semana que viene el Ejecutivo comunitario desbloqueará 137.000 millones de euros que le habían sido congelados al país durante al mandato del Ejecutivo de Ley y Justicia debido a vulneraciones en el respeto al Estado de derecho.
“Estamos impresionados por los esfuerzos de Polonia y de sus ciudadanos para restaurar el Estado de Derecho como gran pilar de la sociedad”, ha asegurado la política alemana después de que el nuevo gobierno polaco haya presentado un plan para devolver la independencia judicial. De estos 137.000 millones de euros, una partida corresponde a los fondos post-pandemia y otra a las ayudas de cohesión.
Aunque los desembolsos no serán inmediatos, el mensaje político no puede ser más claro. Polonia vuelve a la órbita de Bruselas tras años de constantes encontronazos con la Comisión Europea que siempre consideró que las medidas puestas en marcha por el anterior Ejecutivo menoscababan la independencia de los jueces y aumentaban su control político por parte del Gobierno. Un análisis compartido por el Tribunal de Justicia de la UE que dictaminó que esta reforma era ilegal y contraria al Derecho comunitario.
Esta decisión sobre los fondos parece el primer paso para que se pueda archivar el denominado artículo 7, el conocido en los pasillos comunitarios como botón nuclear ya que puede desencadenar en su último estadio la pérdida del derecho de voto en el Consejo. La Comisión Europea decidió iniciar este procedimiento en el año 2017 debido a violaciones sistemáticas en el Estado de Derecho. Aunque todo va por buen camino, el Ejecutivo comunitario necesita que las promesas se conviertan en realidades para dar este paso y todo indica que será posible antes de que termine la presidencia belga el próximo 1 de julio. Si Polonia consigue salir de este procedimiento, supondrá el aislamiento de la Hungría de Viktor Orban – también sometido al artículo 7- que con la llegada de Tusk al poder ha perdido a un importante aliado.
“Juntos protegeremos el Estado de derecho en toda Europa. Son condiciones esenciales para que los ciudadanos se sientan libres y seguros”, ha asegurado la política alemana. El europeísta Tusk ,que ya fue primer ministro de su país e incluso presidente del Consejo. siempre marcó como prioritario en su programa de gobierno la reconciliación con Bruselas. Incluso antes de ser nombrado primer ministro y tras conocerse los resultados electorales, mantuvo un encuentro en la capital comunitaria con von der Leyen para ir apaciguando las aguas y allanar el camino para el desbloqueo de los fondos.
Durante las últimas semanas, Tusk ha viajado a París y Berlín para proseguir esta estrategia de acercamiento al eje franco alemán y revitalizar el denominado triángulo de Weimar, un formato creado en el año 1991 y que perseguía ayudar a Polonia a acercarse al bloque comunitario tras la salida del comunismo. Durante la época de Ley y Justicia, este formato se fue debilitando.
La buena sintonía con Polonia a las instituciones europeas no sólo supone una buena noticia por su respeto al Estado de derecho sino también por el papel del país como fuerte enemigo de Vladimir Putin, en un momento en el que las malas noticias en el campo de batalla y los retrasos en la llegada de armamento de los aliados amenazan con socavar la unidad europea, ya debilitada por las maniobras de Orban.
Polonia se ha distinguido por su fuerte apoyo a Ucrania desde el comienzo de la contienda en el envío de armamento y la acogida de refugiados ucranianos. De hecho, este esfuerzo hizo que las relaciones entre el anterior gobierno y la Comisión Europea fueran mucho más amigables, a pesar de que persistían los conflictos por el respeto al Estado de Derecho.
La llegada de Donald Tusk no cambia este compromiso con Ucrania, si bien las protestas de los agricultores polacos han cambiado la percepción del país en el apoyo al país invadido por Vladimir Putin. En aras de ayudar Kiev, Bruselas permite desde el inicio de la contienda la entrada de productos polacos sin aranceles y cuotas. Esto ha inundado de grano a los países vecinos, lo que ha causado la caída de los precios y las protestas de los agricultores.
A pesar de que Bruselas ha introducido ciertas modificaciones en este acuerdo para proteger a sectores sensibles, las protestas no amainan en el país y los agricultores polacos han bloqueado incluso pasos fronterizos con Ucrania para impedir la entrada de productos. Por eso, von der Leyen han anunciado este viernes que parte de los fondos post pandemia desbloqueados (unos 1.400 millones de euros) podrán utilizarse para modernizar el sector agrario polaco y su acceso a nuevos mercados. “Cuando se trata de la situación en Polonia, en la frontera con Ucrania, escuchamos y actuamos”, ha asegurado. Tusk también ha reconocido que “no podemos sacrificar los intereses vitales y fundamentales de grandes grupos de europeos ayudando a Ucrania”.
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