Guerra en Ucrania

Así es Gravehawk, el innovador sistema de defensa que permite a Ucrania utilizar misiles soviéticos sin ser detectado

El sistema de defensa aérea ha sido finando de forma conjunta por Reino Unido y Dinamarca

Imagen de archivo
Imagen de archivoEuropa Press

Reino Unido ha cumplido su compromiso con Ucrania y ha comenzado a suministrar su nuevo sistema de defensa aérea, conocido como Gravehawk. Este innovador proyecto ha sido financiado y desarrollado conjuntamente por Londres y Dinamarca, convirtiéndose en una pieza clave en la lucha contra los bombardeos rusos. Diseñado específicamente para fortalecer las capacidades defensivas de Kiev, el sistema representa un refuerzo crucial para contrarrestar los ataques aéreos del Kremlin.

El anuncio oficial sobre el proyecto Gravehawk se produjo a mediados de enero, cuando el Gobierno británico detalló un paquete de ayuda militar de hasta 4.500 millones de libras destinado a Ucrania. Desde entonces, al menos dos unidades han partido rumbo a Kiev, y está previsto que a lo largo de 2025 se entreguen otras 15.

Así son los sistemas Gravehawk

Según varios medios británicos, el desarrollo de los sistemas Gravehawk ha sido llevado a cabo por empresas británicas en un plazo récord de entre 12 y 15 meses, con un coste estimado de 6 millones de libras. Una de sus características más destacadas es su capacidad para adaptar misiles originalmente diseñados para combate aire-aire, convirtiéndolos en sistemas de defensa terrestre.

Esta tecnología permitirá a Ucrania reutilizar misiles Vympel R-73, desarrollados en la era soviética para aviones de combate, pero incompatibles con la flota de la OTAN.

En términos operativos, los misiles R-73 guiados por infrarrojos representan una ventaja táctica significativa. Al no emitir señales electromagnéticas, no pueden ser detectados con facilidad, lo que los convierte en un arma eficaz contra drones, misiles de crucero y aviones enemigos. Su implementación permitirá reforzar la seguridad sobre ciudades, infraestructuras estratégicas y unidades militares.

Otro aspecto clave de los sistemas Gravehawk es su diseño modular. Se encuentran alojados en contenedores marítimos estándar, lo que facilita su transporte en camiones, y dificulta su localización por parte de las fuerzas rusas. Como señala el analista de política exterior Jimmy Rushton en declaraciones a The Telegraph: "Rusia se enfrenta a una situación en la que cualquier contenedor marítimo en Ucrania (...) podría estar ocultando potencialmente uno de estos sistemas."

Apoyo europeo

A pesar de la incertidumbre generada por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y sus dudas sobre el respaldo a Kiev, los países europeos han mantenido el flujo de ayuda militar a Ucrania en las últimas semanas. El 6 de febrero, tanto Francia como Países Bajos anunciaron el envío de aviones de combate. París ha comprometido cazas Mirage 2000, mientras que Ámsterdam confirmó la transferencia de F-16. Por su parte, Polonia y Eslovaquia han reforzado la defensa aérea de Ucrania con la entrega de aviones MiG-29 operativos. Eslovaquia envió una docena de unidades, mientras que Polonia suministró 14 cazas, tras obtener la autorización de Alemania, necesaria debido al origen soviético de algunos de estos aviones.