La antigua ciudad española que sirvió de refugio a esclavos británicos 200 años antes de la abolición de la esclavitud

San Agustín, una pequeña ciudad en el noreste de Florida con aproximadamente 15.000 habitantes, es conocida por ser la ciudad de origen europeo y español más antigua del territorio continental de los Estados Unidos. Sin embargo, esta no es su única peculiaridad. A lo largo de los años, San Agustín se convirtió en un refugio para cientos de inmigrantes que huían de la esclavitud bajo el régimen británico, más de 200 años antes de que se aboliera esta práctica.

Según el relato de The Hispanic Council, entre los siglos XVII y XVIII, San Agustín se transformó en un santuario para los esclavos afroamericanos que vivían en las colonias británicas y, más tarde, en los Estados Unidos. Fue en 1687 cuando llegaron los primeros esclavos al asentamiento español en busca de libertad, solicitando protección a cambio de convertirse al catolicismo, ya que habían escuchado que la ciudad era un refugio religioso.

Un santuario religioso

De esta forma, el grupo de 10 viajeros se convirtieron en los primeros solicitantes de asilo religioso documentados en la localidad de Florida. Según Jane Landers, profesora de historia en la Universidad Vanderbilt y directora del Archivo Digital de Sociedades de Esclavos, esta petición sentó las bases de la comunidad afroamericana en San Agustín. Con el tiempo, más esclavos de las colonias de Georgia y las Carolinas llegaron a Florida en busca de la protección prometida.

A lo largo de los años, una comunidad creciente de afroamericanos vivió como personas libres en San Agustín, formando su propio asentamiento bajo dos condiciones: abrazar el catolicismo y alistarse en las milicias coloniales. Con el tiempo, los antiguos esclavos también brindaron refugio a los nativos americanos.

Es importante señalar que, aunque la esclavitud existía en las colonias españolas, el sistema era diferente al de las colonias británicas, lo que facilitó la proliferación de esta comunidad. Según Jane Landers, el código castellano permitía que cualquier persona fuera esclavizada, independientemente de su color de piel. Sin embargo, los esclavos en las colonias españolas tenían ciertos derechos, como el trato humano y la posibilidad de recuperar su libertad si abandonaban a sus esclavistas protestantes y se unían a las filas del ejército español, que necesitaba efectivos para defender su territorio de los continuos ataques británicos.