Guerra

Putin agilizará la nacionalidad rusa a tayikos y uzbekos que vayan voluntarios a lucha a Ucrania

Ante la situación militar, se buscan soldados en antiguas repúblicas de la URSS y no se descarta crear brigadas internacionales con norcoreanos, sirios o iraníes

Soldados rusos
Soldados rusoslarazonAgencia AP

Según informa el medio digital ruso svpressa.ru, Rusia estaría enviando al frente de Ucrania voluntarios de países aliados de la antigua Unión Soviética, sobre todo de Tayikistán y Uzbekistán, a cambio de “bonificaciones”, como la posibilidad de obtener la nacionalidad rusa.

Según el presidente de la Federación de Migrantes de Rusia, Vadim Kozhenov, la principal ventaja para los inmigrantes que quieren ir como voluntarios a participar en la invasión de Ucrania es un subsidio monetario y la oportunidad de solicitar la ciudadanía rusa de manera simplificada. ”La opción de conseguir la nacionalidad después de permanecer seis meses en las fuerzas armadas rusas desplegadas en las zonas de Ucrania ocupadas es una “zanahoria” importante”, explica Kozhenov, según el cual, habría varios cientos de inmigrantes luchando tras ofrecerse como voluntarios para ir a la guerra.

El pasado mes de septiembre, Rusia adoptó una ley según la cual los extranjeros que hayan firmado un contrato de servicio en las fuerzas armadas rusas por un período de al menos un año pueden solicitar la ciudadanía de manera simplificada, frente a los tres años que había que permanecer alistado hasta esa fecha. Si, además, de decide ir a Ucrania ese periodo se reduce a seis meses, como se mencionaba anteriormente.

“Se puede atraer a los migrantes con mucho cuidado, puntualmente y poniendo mucho énfasis en que acuden, no solo para defender territorio ruso, sino para ayudar a la reconstrucción económico”, dijo Stanislav Smagin, politólogo y soldado del 107.° batallón de la Milicia Popular. de la autoproclamada República Popular de Donetsk.

Según las autoridades prorrusas de los territorios ocupados, “no hay nada de malo en pedir ayuda a extranjeros. Sería mejor arreglárnoslas solos, pero no lo estamos haciendo, no tanto por la falta de recursos como la mala organización. Si hubiera una organización no habría necesidad de extranjeros, pero su presencia (norcoreanos, árabes, latinoamericanos) es importante además tanto desde el punto de vista simbólico, para mostrar que no estamos solos en nuestra justa causa, como desde el punto de vista de la conveniencia militar”.

Asegura Smagin que, por ejemplo, los militares de Corea del Norte “están bien entrenados, son diligentes y con una orientación ideológica que nos ayudaría mucho; por lo tanto, la negativa de nuestro lado de aceptar sus servicios es un poco miope. Estaríamos hablando de soldados internacionalistas de fuera de la antigua URSS”.

“Parece un uso razonable del potencial. Hay gente por ahí que puede ayudar de una forma u otra. ¿Por qué no usarlos en los combates? Sin este tipo de soldados nunca habríamos dominado la Gran Patria. La guerra utiliza todos los recursos. Esa es su naturaleza. Quien no entienda esto, pierde”, explica.

De todos modos hay quien no está del todo de acuerdo con la presencia de determinados individuos en las filas rusas. Así, el director del Centro para la Cooperación Pública e Informativa “Europa”, Eduard Popov, cree que la gran mayoría de los inmigrantes que van al frente como voluntarios claramente persiguen objetivos egoístas: obtener la ciudadanía rusa y altos sueldos”.

En cualquier caso, no rechaza la presencia de extranjeros, pero siempre bajo control: “Rusia necesita decenas de miles de voluntarios. Mi idea es crear brigadas internacionales con la participación de voluntarios antifascistas de Corea del Norte, Irán y otros países del mundo. No entiendo por qué ya no se discute la idea de los voluntarios de Corea del Norte. Los ucranianos, por el contrario, practican ampliamente la participación de extranjeros en la batalla con Rusia”, explica.

Las autoridades de los países occidentales tampoco apoyan oficialmente la participación de sus ciudadanos en los combates en Ucrania. pero los voluntarios europeos están ahí.

“La clave no es prohibir, sino tener claro si una persona está lista para entrar en combate y ganar dinero de esta manera. Si está listo, nada lo detendrá. Pero la prohibición desalentará a aquellos que no lo tienen tan claro o vienen por motivos menos patrióticos”, dice.