Cambio en Seúl
El plan del nuevo presidente de Corea del Sur para desnuclearizar al Norte
Asume el nuevo jefe del Estado surcoreano, quien ofrece a Pyongyang apoyo económico
La toma de posesión de Yoon Suk-yeol como vigésimo presidente de Corea del Sur, un neófito político conservador, estuvo marcada por la promesa de buscar una solución negociada al amenazante programa nuclear norcoreano y la oferta de “un plan audaz” para apoyar la reconstrucción de la economía del país vecino, si el régimen deKim Jong Un abandona por completo sus armas atómicas.
“Aunque los programas de armamento nuclear de Corea del Norte son una amenaza no sólo para nuestra seguridad y la del noreste de Asia, la puerta del diálogo permanecerá abierta para que podamos resolver pacíficamente esta intimidación”, subrayó el nuevo presidente ante una audiencia de cerca de 40.000 personas en el césped exterior de la Asamblea Nacional.
“Si el Norte se embarca realmente en un proceso para completar la desnuclearización, estamos dispuestos a trabajar con la comunidad internacional para presentar un plan audaz que fortalezca enormemente la economía norcoreana y mejore la calidad de vida de su pueblo”, añadió.
Entre los invitados se hallaban el vicepresidente chino, Wang Qishan, el ministro de Asuntos Exteriores japonés, Yoshimasa Hayashi, y Doug Emhoff, marido de la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris.
La entrada en escena de Yoon se produce en un momento en el que el conflicto de Ucrania y el retroceso democrático en todo el mundo se están convirtiendo en retos internacionales perentorios. También debe enfrentarse a la creciente amenaza nuclear del reino Ermitaño y a las cada vez mayores fricciones entre Estados Unidos y China, dos grandes potencias cuyos intereses diplomáticos y económicos están estrechamente relacionados con el país que gobierna.
Al parecer, el presidente de la República se dispone a llevar la décima economía del mundo en una dirección diferente en materia de política exterior, prometiendo abandonar años de delicada diplomacia y ser intransigente con Corea del Norte.
Con una economía devastada por la pandemia, los astronómicos precios de la vivienda, una elevada tasa de desempleo y un país políticamente polarizado, el mayor reto de Yoon es la amenaza incesante de su vecino, que ha acelerado su programa de armas nucleares y ha realizado 15 pruebas de misiles sólo este año.
El avance del programa nuclear de su vecino es un reto de seguridad muy complicado para el nuevo presidente, que ganó las elecciones del 9 de marzo con la promesa de reforzar la alianza militar de 70 años de Corea del Sur con Estados Unidos y aumentar su propia capacidad de misiles para neutralizar las amenazas de sus contrarios.
La décima economía del mundo tiene, desde el martes, un político sin experiencia al frente. Como ex fiscal, sin un recorrido diplomático antes de presentarse a la presidencia, apenas derrotó al candidato del partido de izquierdas del presidente saliente Moon Jae-in y se enfrentará a una Asamblea Nacional dominada por miembros del Minjoo o Partido Democrático de Moon. Desempeñó además un papel central en varios casos de gran repercusión, como el intento del Servicio Nacional de Inteligencia de influir en las elecciones de 2012 y la destitución de Park Geun-hye, la anterior presidenta conservadora, en 2017.
Durante la campaña electoral, Yoon fue acusado de hacer caso a un sentimiento generalizado contra China y a un movimiento antifeminista liderado por la juventud surcoreana. También prometió abolir el Ministerio de Igualdad de Género y de la Mujer, una medida que le ayudó a ganar votos de jóvenes que aseguran que el país ha sido invadido por enfurecidas feministas.
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