Lazos de sangre
El telegrama de los Reyes: «Querida tía Lilibet»
El pésame de la Casa Real a la reina Isabel es una buena muestra de la unión entre ambas instituciones
El telegrama de pésame enviado por los Reyes Felipe y Letizia a la Reina Isabel de Inglaterra es un buen exponente de los lazos de cariño que han unido desde siempre a la Familia Real británica y a la española, que comparten apellidos comunes tanto con la actual monarca como con su marido, el Príncipe Felipe de Edimburgo, fallecido ayer en el castillo de Windsor. De ahí que al expresar los Reyes españoles su profunda tristeza a Isabel II por la pérdida de su cónyuge, el texto fuera encabezado por un expresivo «querida tía Lilibet» seguido por la pena por la muerte de «nuestro querido tío Philip».
La última vez que se vieron los cuatro y tuvieron oportunidad de compartir conversaciones e intercambiar experiencias fue durante la visita de Estado que los Reyes hicieron a Reino Unido en julio de 2017. No hay más que echar un vistazo rápido a la galería de fotos del recibimiento de la reina Isabel y el duque de Edimburgo, las sonrisas que se prodigaron el cónyuge de la monarca británica con la Reina Letizia, los besos que el Rey Felipe dio a su querida tía Lilibet, y la atmósfera familiar que traspasa las imágenes para darse cuenta de que la visita fue, según los británicos, una de las mejores visitas de Estado que han recibido.
Es verdad que, a veces, la relación entre las dos familias pasó por momentos difíciles, como el hecho de que la luna de miel del Príncipe de Gales y su esposa empezara en Gibraltar, colonia británica que los ingleses se niegan a devolver a España. Un gesto que se tomó como una ofensa por el Gobierno español y que motivó que se cancelara la presencia de los Reyes Juan Carlos y Sofía en la boda del heredero británico con Lady Diana Spencer. Fue una crisis que no se perpetuó en el tiempo, sino que pocos años después se compensó con los tres veranos que los Príncipes de Gales pasaron en el Palacio de Marivent, invitados por los Reyes españoles.
Desde siempre, afirman fuentes próximas al Palacio de la Zarzuela, la relación entre los Windsor y los Borbón fue muy estrecha. Tanto que pocos días de celebrar la Reina Isabel su 90 cumpleaños, doña Sofía viajó a Londres para presidir el centenario de la British Spanish Society y cuando la monarca británica se enteró de que ella estaba en la capital británica, la invitó a un almuerzo en Buckingham Palace para mostrarle su afecto y cariño. A lo largo de la su longeva vida, la Reina Isabel era «prima Lilibet» para Don Juan Carlos y él era para ella «Juanito», nombre por el que se conocía entre los miembros de la realeza europea al Rey Emérito.
No hay que olvidar que los vínculos familiares entre las dos Casas Reales se estrecharon considerablemente con el matrimonio de Alfonso XIII con Victoria Eugenia «Ena» de Battenberg, nieta de la Reina Victoria, y aunque el parentesco es lejano, la relación familiar se ha mantenido a lo largo de más de un siglo. Pero la relación entre el fallecido duque de Edimburgo es mucho más próxima y cercana en el caso de la Reina Sofía, ya que ella es sobrina del fallecido Príncipe Felipe, que cambió su apellido alemán Batenberg por el de Mountbatten para darle un aire más inglés. La madre del Duque de Edimburgo era la Princesa Alicia de Grecia, tía del Rey Pablo, padre de doña Sofía. Pero, aunque parezca también muy lejano, la realidad es que doña Sofía ha compartido apellidos, Slechswig-Holstein, con su tío Philip y los hijos de ambos están unidos asimismo por lazos familiares.
O sea, que el parentesco de la Familia Real española con la británica es doble, tanto con la reina Isabel como con su marido recién fallecido y, según personas que han sido testigos de sus encuentros, los lazos familiares siempre han ido unidos a los del cariño y la mutua consideración. La Reina Sofía siempre ha recibido un trato muy cordial y cariñoso de su querido tío Philip que, casualmente, nació en la finca Mon Repos que la familia real griega poseía en la isla de Corfú para pasar su tiempo de descanso y vacaciones. Y en esa misma casa, que es referente de las vacaciones que pasó la joven Princesa Sofía con sus padres y hermanos antes de casarse, fue donde los anteriores Reyes consolidaron su relación de noviazgo y comunicaron a sus familias su intención de contraer matrimonio en el año 1962, después de coincidir en los Juegos Olímpicos de Roma.
Aunque el casi centenario marido de la Reina Isabel II –hubiera cumplido 100 el 2 de junio de este año– expresó su deseo de que sus funerales no estuvieran dentro de la pompa y boato que caracteriza a Reino Unido, es bastante probable que la Casa Real española esté presente en las honras fúnebres de un hombre poliédrico que supo ser leal a la institución representada por su esposa, la jefa del Estado que lleva más tiempo en el trono del resto de las monarquías del planeta.