Buenos Aires
Fernández admite que crisis golpeará con dureza a Argentina en 2009
La presidenta argentina, Cristina Fernández, admitió hoy que si la crisis internacional se prolonga, impactará en el país con dureza y puede convertir 2009 en el "año más difícil de los últimos cien años", durante la inauguración del nuevo curso político.Fernández, que hace pocos meses presumía de que Argentina estaba a salvo del impacto de la crisis, admitió hoy, en un tono mucho más realista, que el país no está exento de riesgos."Es necesario juntar esfuerzos para la Argentina", dijo, porque "de prolongarse la crisis, como se anuncia, impactará y convertirá a 2009 en el año más difícil de los últimos cien años", admitió.Por eso, la presidenta convocó a todas las fuerzas políticas y a todos los sectores económicos y sociales a mantener la "unidad"y "cooperar"para aunar esfuerzos contra la crisis."Debemos atrevernos a formular un pensamiento alternativo ante un mundo de incertidumbre que no sabe adónde va la crisis. Es una crisis de ideas, una crisis de un sistema de ideas que hizo de la especulación y la subordinación un modelo de ejercicio del poder", afirmó.No obstante, en su intervención ante el Congreso argentino destacó la buena situación en la que, a su juicio, se encuentra el país para afrontar esta crisis internacional tras seis años de crecimiento económico sostenido, con una reducción del desempleo y un aumento de la redistribución del ingreso.En un discurso que se prolongó durante una hora y cuarto, la presidenta se refirió también a la postura de Argentina en la próxima reunión del G-20, que se celebrará en Londres en abril, para insistir en que pedirá la reforma de las entidades multilaterales de financiación y apoyará la desaparición de los paraísos fiscales.En su opinión, "lo económico y financiero es sólo la punta del iceberg"del problema y, por tanto, es necesario un cambio de política de los países desarrollados."Se tendrá que tener una noción de cooperación y no de subordinación en la formulación de las políticas"en la relación de los países centrales con los subdesarrollados, apuntó."El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, tendrán que convertirse en un instrumento de financiación, sin condicionamientos, fundamentalmente para las economías emergentes, responsables de las tres cuartas partes del crecimiento de la economía mundial", apuntó Fernández, que abogó por políticas globales para afrontar la actual coyuntura internacional.En clave interna, la mandataria defendió la política económica de su esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, y subrayó que Argentina completó en 2008 seis años consecutivos de crecimiento económico, con un alza acumulada de expansión del 66 por ciento.La presidenta aseguró que el sistema financiero local ha duplicado su capital en los últimos cinco años y destacó la bajada en los niveles de endeudamiento del Estado y de los ciudadanos.También resaltó la disminución del desempleo al 7,3 por ciento y el récord de 70.124 millones de dólares de exportaciones logrado en 2008.Aunque, en contra de lo esperado, no lanzó nuevas propuestas ni concretó las estrategias de su Gobierno para el nuevo curso político, se refirió a algunos de los temas que preocupan al país, como la crisis con los productores agrarios.Fernández volvió a pedir "cooperación"y "solidaridad por parte de aquellos que en este proceso económico y en estos años han tenido la suerte de acumular una rentabilidad tan importante que les permite ser el único gremio que puede no comercializar su producto", en referencia a las seis huelgas comerciales convocadas por las patronales agrarias desde que estalló el conflicto, en marzo de 2008.La apertura de la 127 asamblea legislativa ha permitido a los argentinos ver juntos, por primera vez desde diciembre, a la presidenta y al vicepresidente, el radical Julio César Cobos, cuyo voto contra el Gobierno y a favor de las posturas de las patronales agrarias en julio pasado le supuso un abierto enfrentamiento con el Ejecutivo de Fernández.