«A la selección no hace falta tocarla»

Madrid- Marc Gasol tiene marcado en su agenda el 29 de julio. Ese día se reencontrará con sus compañeros de la selección. Ayer pasó por LA RAZÓN para entregar las becas del Campus Basket 2009. Hasta que acuda a la convocatoria de Scariolo se preparará para el Eurobasket y parará «una semanita para irme de vacaciones con mi hermano».–Enhorabuena por la convocatoria para la selección. Scariolo ha recurrido a los clásicos.–Sí, es lo normal. A la selección, a un grupo que funciona tan bien, no hay que tocarla; no hay necesidad de cambiarla.–Scariolo ha prometido que jugará muchos minutos con su hermano Pau.–Veremos. Él siempre, en todos los equipos que ha estado, ha jugado con un «4» abierto».–Será su tercer seleccionador en su cuarta gran cita internacional.–Todo el mundo me ha hablado muy bien de él y lo pude comprobar en una cena que tuvimos en Málaga. Esperemos seguir consiguiendo éxitos con la selección.–Todo lo que no sea volver de Polonia con el oro, ¿se podría considerar un fracaso?–Hombre, siempre se puede perder, mira lo que le ha pasado a los de fútbol con Estados Unidos. Somos el equipo que más tiempo lleva unido, trabajando juntos, que puede ser el que más se lo merezca, pero luego influyen otras cosas. Sabemos que tenemos un muy buen equipo, pero hay que jugar.–Hace dos meses todo el mundo pensaba que Pau no estaría en Polonia, ¿qué ha podido más en su convocatoria: su ambición, Scariolo, las conversaciones con usted o Navarro?–Pau tiene muy bien amueblada la cabeza. Lo tiene todo tan claro que no hace falta que nadie le convenza. Es un hombre de re- tos, de metas y ha cumplido todas las que se ha propuesto. Con el anillo ha demostrado que es capaz de lo máximo y, además, se ha quitado la espina de la final con los Celtics.–Hasta usted, a final de temporada, aseguró que veía complicada su presencia.–Así es, pero luego lo ves que ha llegado tan bien, tan fresco, tan sobrado físicamente, que es increíble. Se ha preparado muy bien este año. Con Memphis, se preparaba para una temporada que en abril o mayo había acabado. Con el cambio a los Lakers tuvo que jugar dos meses más y eso lo acusó el año pasado.–¿Le sorprendió su reacción tras ganar el anillo? –No, todo el mundo ha podido ver que con los Lakers estaba muy centrado, sólo estaba preocupado de jugar. No le cambió la cara has- ta que acabó el quinto partido. Cuando sonó la bocina le cambió la cara porque se dio cuenta de lo que había pasado, de todo lo que significaba ganar el anillo.– ¿Le extraña que todo el mundo le insista en dejar los Grizzlies, en abandonar Memphis por otra franquicia?–Pues sí. La gente se piensa que cambiar de equipo es casi como cambiar de coche y eso no es así. Si estás con alguien, te tienes que entregar y con el equipo tiene que ser así. Yo quiero que los Grizzlies salgan adelante, que ganemos más partidos. Si creo que no debo seguir ahí, me iría, pero no. Pau tardó siete años en dejar Memphis. Me quedan dos años allí y lo que pienso es que los Grizzlies van a ir para arriba.–¿Recomendaría a Ricky que se fuera a la NBA?–Eso es cuestión de números. Si la «Penya» no rebaja un euro la cláusula, no va a jugar gratis, no puede pagarlo.