España
La izquierda agita la calle mientras el mercado apunta a España
Los sindicatos anuncian movilizaciones y amenazan con un agosto caliente. El Congreso convalida los ajustes con los votos del PP
El desafío de los sindicatos dio comienzo ayer, con casi 80 manifestaciones por toda España y con Madrid como gran epicentro de la protesta. Horas después de debatirse y convalidarse en el Congreso el decreto con la subida del IVA y la supresión de la paga extra de Navidad a los funcionarios –precisamente éstos fueron los más descontentos–, unas 40.000 personas, según datos del Ministerio del Interior, –10.000 menos de las que marcharon en contra de la reforma laboral–, acudieron a la manifestación contra los recortes convocada por los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, y a la que también asistieron representantes de Izquierda Unida y del PSOE, bajo el lema «Quieren arruinar el país, hay que impedirlo. Somos más».
Antes, en la rueda de prensa de presentación, los dos principales líderes sindicales, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, habían amenazado al Gobierno con más movilizaciones. «El acto de hoy no es el final de nada», aseguró Méndez poco antes de anunciar que agosto será un mes caliente en lo que a manifestaciones se refiere. Ni un ápice parece preocuparles la delicada situación financiera por la que atraviesa el país y el constante acoso de los mercados, con la prima de riesgo, una vez más, en máximos históricos. Haciendo oídos sordos a aquellos que reclaman una mayor estabilidad, los sindicatos quieren que el Gobierno rectifique a toda costa. Y para ello preparan ya un completo calendario de manifestaciones para todo el mes de agosto, con la multitudinaria marcha de ayer como punto de partida.
Hasta tal punto elevaron el tono que el secretario general de CC OO, Fernández Toxo, se descolgó con una propuesta tan llamativa como poco viable. La convocatoria de un referéndum popular sobre las medidas adoptadas, al considerar que Mariano Rajoy incurre en fraude democrático al tomar decisiones que no estaban en su programa electoral. Y es que para los convocantes, el Ejecutivo se «saca de la manga un programa oculto» que, denuncian, no ha parado de decretar recortes despreciando las alternativas presentadas por las propias centrales sindicales. Los representantes de los trabajadores se lanzaron a vaticinar que si el Gobierno mantiene la hoja de ruta en materia económica, «la situación empeorará y el paro podrá superar los seis millones a finales de 2012».
En la calle, la marcha que partió desde Neptuno hasta su finalización en la Puerta del Sol, transcurrió en un ambiente festivo y sin incidentes destacados. Y es que a la primera gran movilización tras el último paquete de medidas del Ejecutivo se sumaron policías, bomberos, personal del ámbito educativo,estudiantes, jueces y consumidores e incluso del mundo del espectáculo. No faltaron los recuerdos –y no precisamente cariñosos– para la diputada popular Andrea Fabra. Ni tampoco consignas como «trabajadores quemados», «los siguientes parados son los diputados» o «si esto no cambia, guerra, guerra, guerra». Y siguiendo a sus líderes sindicales, fueron los miembros de UGT y CC OO los que alentaron a gritos «Huelga general, ya».
Con los bomberos como grandes animadores –fueron los encargados de poner el espectáculo sonoro con petardos e incluso tuvieron de avanzadilla un camión de bomberos–, y también los más activos. Su intento de acceder al Congreso se saldó con una pequeña carga policial que dejó los únicos momentos de tensión y siete detenidos, uno de ellos perteneciente al citado cuerpo. Pero no sólo los bomberos, tampoco los policías están de acuerdo con las nuevas medidas del Gobierno y lo dejaron claro ayer. Al grito de «manos arriba esto es un atraco» se abrían paso entre los protestantes mientras recibían una fuerte ovación. Equipados con silbatos, que en esta ocasión no les servían para dar el alto a nadie, animaban a la gente a que gritase con ellos. No todo era agitación, algunos aprovecharon para comprar en las tiendas de souvenirs de la calle Alcalá.
«Estamos en una situación de guerra»
Estamos en «una situación de guerra», incruenta, pero «guerra al fin y al cabo». Son palabras del secretario general de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, acerca de cómo viven los sindicatos estas jornadas de protesta. En una rueda de prensa para explicar los pormenores de la manifestación de ayer, explicó que si una guerra se explica por el propósito de quien declara el deseo de imponer su voluntad sobre el país agredido, en España «estamos en situación de guerra», una guerra «socioeconómica» en la que los países intervenidos se ven obligados a «ceder su soberanía».
Y EL PSOE aprovecha para hacerse la foto
Los socialistas hicieron acto de presencia con perfil bajo, aunque el secretario general del PSM, Tomás Gómez, no pudo finalmente resistir la tentación de hacerse la foto. También estuvo la senadora y diputada socialista Maru Menéndez, y desde el inicio se contaba con el eurodiputado y miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE Sergio Gutiérrez y las portavoces de la Función Pública y de Empleo en el Congreso de los Diputados, Meritxel Batet y Concha Gutiérrez.
Los de la «zeja», al completo, en la protesta
No podía faltar el grupo de la «Zeja», conocido por su apoyo incondicional a Zapatero y un clásico ya en este tipo de actos cuando el objeto de la ira es un Gobierno del Partido Popular. La gran novedad ayer fue la presencia en el clan Bardem del hollywoodiense Javier, que acompañó a su hermano Carlos y a su madre Pilar, cuando lo usual es que sus compromisos internacionales no se lo permitan. Tampoco se lo perdieron Loles León, Marisa Paredes, Juan Diego Boto, Ernesto Alterio, Montxo Borrajo o Tristán Ulloa, que previamente respaldaron un acto contra la subida del IVA cultural y se sumaron después a la marcha contra las medidas de ajuste del Ejecutivo.
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