Elecciones autonómicas
Pistoleros
El pistolero de Tucson tenía el «Mein Kampf» de Hitler y «El manifiesto comunista» de Marx entre sus libros de cabecera. Este dato bastaría para desacreditar el interés por convertir su matanza en un atentado político alentado por el Tea Party, esa nueva obsesión antiamericana. Nunca han existido ideologías más alejadas del aprecio a la libertad individual y el rechazo al Estado omnipresente que caracteriza al novel movimiento estadounidense que el comunismo y el nacionalsocialismo, socios en los primeros años de su expansionismo totalitario y estrategia represora (aunque esto tienda a olvidarse). Pero la izquierda sabe cómo manejar el lenguaje a su antojo. Nos lo impone. Y con ello su visión deformada de la realidad.
Por ejemplo, ésta que he leído a una destacada firma del periodismo patrio: el Tea Party es al tiroteo de Arizona lo que Batasuna a ETA. ¡Toma ya! Seguro que él despellejaría a quien se le ocurriera hablar de ETA como una organización terrorista socialista, aunque así, socialista, se define ella en sus comunicados.
Como eso de relacionar socialismo con terrorismo no suena nada bien, nos han convencido de que a ETA debemos tildarla de fascista, aunque no haya rastro de Mussolini en su código ideológico. Y poco importa si sus pistoleros advierten una y otra vez que no cesarán «hasta conseguir una Euskadi independiente y socialista». ¿Socialista? La sociedad vasca libre con la que sueña el socialista Patxi López estaría más cerca de una gobernada hipotéticamente por Sarah Palin que por los «socialistas» de la banda terrorista ETA. No reconocerlo es algo peor que sectarismo. Y más peligroso.