Kingston
El gángster jamaicano quería entregarse a Estados Unidos
Fue detenido cerca del consulado norteamericano
Kingston- La Policía jamaicana ha confirmado la detención del presunto cabecilla narcotraficante Christopher «Dudus» Coke en las afueras de la capital, Kingston, y en este momento lo mantiene recluido en una comisaría de la localidad de Spanish Town fuertemente custodiada por policías y militares.El mes pasado un tribunal estadounidense instó a las autoridades jamaicanas a que extraditaran a Coke para juzgarle por cargos de narcotráfico. Esta petición llevó a las fuerzas de seguridad del país caribeño a realizar numerosas redadas en el barrio de Tivoli Gardens, en Kingston, donde Coke cuenta con un gran apoyo popular y de algunas milicias armadas. Estas redadas, en las que no se consiguió capturar a Coke, tuvieron un saldo de 73 muertos.Según un religioso local, el reverendo Al Miller, que lo acompaña ba en el momento de su arresto, Coke, de 42 años, fue sorprendido en un control de carretera de la zona de Portmore, próxima a la capital, cuando se dirigía a la Embajada de Estados Unidos para entregarse. Miller aseguró que Coke se puso en contacto con él este martes para que le ayudara a entregarse, ya que temía por su integridad física en caso de entregarse a la Policía.Por esta misma desconfianza en las autoridades jamaicanas, Miller aseguró que Coke renunciará a ser juzgado en su país y que intentará que sea la Justicia estadounidenses la que le procese.Estados Unidos sostiene que Coke, cuyo bastión se encuentra en el distrito de Tivoli Gardens, en Kingston, lidera un grupo armado dedicado al narcotráfico denominado «Shower Posse», que habría sido responsable de la muerte de cientos de personas durante las guerras por el control de la comercialización de cocaína que tuvieron lugar en la isla en la década de los ochenta.En un principio el Gobierno jamaicano se negó a extraditar a Coke, que posee un gran ascendente entre los marginados y es también un gran financiador del Partido Laborista local. Sin embargo, la presión de Washington acabó por surtir su efecto y, finalmente, Kingston lanzó en junio la trágica macrooperación policial para capturarlo.