Valencia
Amigos en estado de gracia
Guillaume Canet sorprende en el festival con la estupenda «Pequeñas mentiras sin importancia».
Treinta y una ediciones ha cumplido la Mostra de Cine de Valencia, que se inauguró el jueves con «Carlos», de Olivier Assayas, una cinta que se presentó fuera de concurso y que se trata de la versión abreviada de una serie de televisión con estética propia que finalmente se ha quedado en unos escuálidos (dado el metraje inicial) 165 minutos. Su principal inconveniente es que resulta excesivamente larga y pobre, aunque hay que decir que recrea bastante bien el secuestro de un grupo de embajadores en la reunión de la Opep en Viena.
A concurso se proyectó, dentro del ciclo «Acción y aventuras», «Betty Anne Waters», dirigida por Tony Goldwin y con una protagonista estupenda, Hillary Swank, a quien acompaña Sam Rockwell, como un alter ego de Edward Norton. Bien contada y con necesarios «flash backs», se centra en las vicisitudes de un estudiante de Derecho, empeñado en demostrar la inocencia de su hermano.
Con los brazos abiertos recibimos «Les petits mouchoirs» («Pequeñas mentiras sin importancia»), de Guillaume Canet, en «Panorama Mediterráneo», un acierto total, tanto desde el punto de vista interpretativo como argumental y de dirección. Es la historia de un grupo de amigos que, tras un suceso traumático, decide seguir adelante con sus vacaciones. Ahí saldrán a relucir sentimientos y emociones.
Segundas partes...
A concurso, José Saldanha trajo hasta Valencia la segunda parte de «Tropa de elite», que nos hizo añorar la primera, bastante más vigorosa y bien cimentada que ésta, en la que incluso el tema de la corrupción está tratado de forma blanda. La cinta resulta floja, incluso desde el punto de vista de la acción. Nos quedamos con el excelente sabor de boca dejado por Canet. Nunca unas mentiras nos resultaron tan dulces.
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