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Estreno

María José Alfonso: «El teatro me debe trabajo que el filete está por las nubes»

La actriz participa en el reparto de «Los dinamiteros», junto a Pepe Isbert y Lola Gaos, que LA RAZÓN regala el próximo viernes

«Las memorias tienen mucho de ficción, y para la ficción ya tenemos las novelas y las películas», dice la actriz
«Las memorias tienen mucho de ficción, y para la ficción ya tenemos las novelas y las películas», dice la actrizlarazon

Dice María José Alfonso que nunca escribirá sus memorias por dos razones: porque su vida íntima no le interesa a nadie más que a ella y a los suyos y porque no tiene memoria. O sea, que sus recuerdos de «Los dinamiteros», la película que regala este periódico el próximo viernes, no van muy allá, tan sólo le viene a la mente que el trío protagonista eran unos ancianitos encantadores y que ella hacía de nieta del gran Pepe Isbert.

-Los tres ancianos deciden atracar la Mutualidad donde cobran sus pensiones cuando piden un crédito y no se lo conceden...
-Sí, pero creo recordar que les fallaba todo, eran un desastre. La historia se repite: ahora tampoco conceden préstamos o créditos los bancos, pero, claro, no todos a los que no se les concede crédito atracan luego el banco.

-¿Qué le llevaría a usted a atracar un banco?
-Creo que no tengo valor, que sería incapaz, pero no sé yo si en alguna terrible circunstancia... Pero si atracara, me gustaría llevarme mucho dinero y luego repartirlo entre los pobres, como un buen bandolero español.

-Decía Bertolt Brecht aquello de que es más honesto atracar un banco que fundarlo...
-Hay honestidad y deshonestidad en todas partes. Hay banqueros honestos y probablemente también algún atracador honesto.
Cada vez entiende menos lo que pasa y por qué pasa: «Al final, a lo mejor nos enteramos de que la culpa de la crisis la tenemos todos, por sumisos y crédulos». Los 60 fueron para ella una etapa estupenda: «Había menos prisas, todo estaba hecho más a la medida del hombre».

-En «Escala en Hi-Fi» (TVE) interpretaba canciones de otras en play-back.
-Sí. Me encantaban las de Edith Piaf, hice muchas. La gente me decía por la calle que cantaba muy bien, y por mucho que explicara que la que cantaba era otra, no se lo creían. Así que al final decía: pues sí, canto muy bien, gracias.

-Desde el 62 hasta ahora, un montón de películas. ¿Salvaría...?
-Salvaría todas, hasta las cutres, porque forman parte de mi vida. Como decía Buñuel, a veces hay que trabajar para la tortilla. Una no es Sofía Loren para poder elegir. Pero creo que estaba bien en «La niña de luto», «Con el viento de solano» y «El cielo abierto».

-¿El cine le debe un gran filme?
-Quizá sí, y el teatro me debe más trabajo, que el filete está por las nubes. En esta profesión, salvo veinte millonarios, los demás somos cómicos trabajadores.

-En la tele hizo de todo: series, novelas... ¿Haría «Sálvame»?
-Tendría que tener mucho hambre. No me gustaría. Veo algunos programas de esos cuando hago «zapping», pero no soy adicta. Por las noches veo películas en blanco y negro, que no sé por qué las ponen tan tarde.
Su memoria para la cosa de las fechas y los títulos era la fallecida Lola Cardona, gran actriz y gran amiga de María José. «No, no creo que escriba mis memorias. Además, ¿para qué? Recuerdo lo que me decía Imperio Argentina cuando trabajamos juntas: "No me he acostado con Hitler, pero si me pagan bien, digo que me he acostado con Hitler y en paz..."Eso decía Imperio; o sea, que las memorias tienen mucho de ficción, y para ficción, ya tenemos la novela, el teatro y el cine, ¿no?».

-¿Cómo se ve en el espejo?
-Yo era monísima, ahora me veo en el espejo y... Bueno, si a los sesenta años no te duele nada, es señal de que estás muerto.
No ha recurrido a la cirugía, dice, porque es cara. «Y el trabajo está mal, no llaman, pero ya volverá a sonar el teléfono; no tengo más remedio que seguir trabajando; me gustaría poder elegir, pero tal como están las cosas...».