El veraneo «low cost» de la familia Pajín

O al menos así era, hasta que la ministra Leire Pajín decidió pasar allí su fin de semana de vacaciones, con un coste muy inferior al que le hubiera supuesto alojarse en uno de los múltiples hoteles de Menorca, valiéndose de su estatus de «ministra» y pese a que, como alto cargo, está perfectamente diferenciada del resto de empleados públicos.
Así las cosas, un fin de semana en un hotel corriente de tres estrellas en Mahón, apenas a unos kilómetros de la residencia de Lazareto, saldría por unos 158 euros la noche. A lo que habría que añadir el coste adicional del desayuno, comida y cena. O la siempre más cómoda opción del régimen de media pensión por un coste adicional de unos 18€euros. El montante total, de escogerse este tipo de alojamiento, nunca bajaría de los 600 euros.
Nada que ver con los 364,62 euros en los que se cifra la estancia de la familia Pajín durante el fin de semana en la residencia de Lazareto, según la factura remitida por el Ministerio de Sanidad a última hora del pasado martes. En ella, tan sólo se especifica la estancia en dos habitaciones dobles (una para uso individual y otra para dos personas), sin que conste la fecha de entrada ni de salida ni el régimen de alojamiento escogido. Además, el Lazareto contiene un servicio de comedor para las ocasiones en las que se organizan allí reuniones y convenciones, con unos precios también más baratos de lo habitual, aunque se desconoce si la residencia mantiene esta lista de precios en el resto de ocasiones.
Y la comparación es aún más llamativa con un hotel de mayor categoría. Si Pajín hubiera optado por un hotel de cuatro estrellas, también en la misma zona, una sola noche en una habitación doble, o lo que es lo mismo, el mismo tipo de alojamiento que tuvo en el Lazareto, le hubiera salido a Pajín, y a sus padres, por un precio aproximado de 250 euros. Multiplicado por cada una de las dos noches de estancia de la familia Pajín, la escapada a Menorca no bajaría de los mil euros. Precio que incluye, en ocasiones, el desayuno, pero no el resto de comidas del día, por lo que a esa cifra habría, presumiblemente, que añadirle los costes de las dietas. Una comparativa de precios que, con la temporada alta ya en marcha, dificulta la reserva de plazas. Pero éste es un trámite por el que ni Pajín ni sus padres han pasado esta vez.