VALENCIA- Fin de la historia, al menos por ahora. A pesar de los continuos recursos presentados por Aguas de Barcelona, finalmente será Aguas de Valencia la encargada de suministrar el agua potable en el área metropolitana de la ciudad durante los próximos 50 años, por un contrato de 2.500 millones de euros. Así se aprobó ayer en la asamblea de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi).

El presidente de este organismo, Arturo Ros Ribes, señaló que la asamblea se basó en los informes técnicos para valorar la oferta de Aguas de Valencia. La otra empresa que optaba al contrato, Aguas de Barcelona, presentó un recurso ante el Juzgado para exigir la paralización del proceso de adjudicación del suministro, que fue desestimado, según recordó Ros.
Este señaló que la firma catalana «insiste cansinamente en lo mismo», cuando la Justicia ya se ha pronunciado.

La adjudicación a la firma valenciana se produjo tras dos meses de proceso en que los técnicos han tenido tiempo para realizar sus informes y después de unas sentencias «que dejan bien claro que lo que dice la firma barcelonina «no tiene mucho sentido».

La Emshi ya adjudicó el contrato en 2008 a Aguas de Valencia, pero el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat anuló esta adjudicación porque la empresa externa que había elaborado el informe en que se sustentó la decisión no disponía de la «habilitación profesional necesaria».
Por su parte, Aguas de Barcelona anunció ayer que recurrirá este nuevo acuerdo de la Emshi. La de ayer no fue una buena jornada para la compañía catalana, ya que Acciona le ganó el mismo concurso pero en la ciudad condal, es decir, el de la zona del Tet-Llobregat, un ámbito que tradicionalmente había estado controlada por esta firma.

En Valencia, el suministro de agua potable se llevará a cabo a través de una empresa mixta compuesta en un 30 por ciento por la Emshi y en un 70 por ciento por Aguas de Valencia.