San Sebastián
Muertos vivientes con esvástica
«Zombis nazis», de Tommy Wirkola, añade humor ácido al cine de género
Zombis y, además y por si fuera poco, nazis. La explosiva combinación que ofrece esta película da como resultado un recital a todo color sobre un paisaje de nieve de vísceras y litros de sangre que ha brotado de la mente de un joven noruego nacido en 1979, Tommy Wirkola, admirador de Tarantino. El punto de partida del director es aparentemente inofensivo: un grupo de amigos decide ir a pasar unos días de descanso a las montañas nevadas de un pueblecito de Noruega. Pero lo que ignoran es que Okfjord sufrió durante la Segunda Guerra Mundial en 1945 un asalto brutal por parte del ejército nazi que torturó y asesinó a sus habitantes. Éstos, hartos de tanta barbarie, decidieron tomarse la justicia por su mano. Una parte de los militares, con el Coronel Herzog al mando, huyó a las montañas. Qué mala suerte que estos ocho jóvenes estudiantes de Medicina se topen con ellos entre témpanos de hielo. ¿Podrán sobrevivir al ataque de estos muertos vivientes con esvástica? Wirkola se lo quiere tomar con humor, ingrediente abundante en el filme: «Si a una plaga de zombies les unes el hecho de que sean nazis puedes permitirte hacer cualquier cosa, porque al espectador no le va a parecer que estás yendo demasiado lejos», explica sobre el contenido de esta cinta gore, y apostilla: «Se trata de un homenaje a películas como ‘‘Braindead'' y ‘‘Evil Dead'', donde la gente grita, salta de sus asientos para minutos después reír a carcajadas. Eso es lo que quería conseguir, sustos, miedo y que el espectador abandone la sala de proyección con una sonrisa», asegura el director. La verdad es que nada bueno podía pasar en un lugar que responde al nombre de Fiordo del Hacha. Y efectivamente, a lo largo del filme el espectador puede toparse con el homenaje de Wirkola a Peter Jackson en una escena en la que uno de los protagonistas luce una camiseta con el título de la película de 1992 en letras rojas, y que en España se tradujo como «Tu madre se ha comido a mi perro», cinta de la que se confiesa devoto.
Con hoz y martillo
Otro de los golpes de humor del filme se produce cuando los jóvenes se arman para hacer frente a los nazis muertos en vida. ¿Con qué objetos intentarán combatir a este ejército de criaturas que se caen a pedazos? Una hoz, un martillo y una sierra eléctrica. En otro momento, y cuando el grupo ya ha padecido en sus carnes la violencia de las huestes del coronel Herzog, uno de los jóvenes exclama en plena desesperación: «¿Deberíamos haber ido a la playa, como yo sugerí».
«Zombis nazis» ha sido seleccionada en los festivales de Sundance, Sitges, Toronto y la Semana Fantástica de San Sebastián, entre otros certámenes, y llega mañana a la cartelera con la calificación de para mayores de 16 años debido al recital de carne roja que contienen sus cien minutos de metraje. Wirkola debutó en la pantalla como director y guionista con «Kill-Buljo. La película» de 2007, una parodia de la cinta de Tarantino «Kill Bill» de la que se vendieron más de 95.000 copias alentado su éxito por el boca-oreja. Ahí van más cifras: los efectos especiales ascendieron a 600.000 dólares y se utilizaron 475 litros de sangre en las escenas donde los soldados nazis zombis salen de sus tumbas en la nieve y atacan al grupo de ocho amigos que no saldrán vivos del Fiordo del Hacha.
Los cuentos de Wirkola
La sombra de George A. Romero y la mítica «La noche de los muertos vivientes» (1968) sobrevuela a estos «Zombis nazis», aunque más como tributo al maestro que como cinta a la que imitar. John Carpenter también está en la lista de directores favioritos de este noruego de 31 años que no ha pasado desapercibido a los ojos de Hollywood: aunque las críticas han sido desiguales, le han encargado una revisión del cuento de «Hansel y Gretel», lo que no le costará demasiado al director, puesto que entre sus primeros trabajos en el mundo del corto destaca uno sobre «Caperucita roja», en el que colaboró Stig Frode Henriksen, su mano derecha y con el que ha repetido en esta cinta gore. Y es que da la sensación de que al director le gusta el cuento.
El último grito
Los zombis están de moda. Hay novelas, como «Descansa en paz», de John Ajvide Lindqvist (Espasa), y versiones «gore» de clásicos, desde «Lazarillo Z» (DeBolsillo) a «Orgullo y prejuicio y zombies» (Umbriel). También cómics, como «Los muertos vivientes», de Robert Kirkman, serie que Frank Darabont ha llevado a la televisión. En España, la editorial Dolmen ha hecho una fuerte apuesta con su «línea Z», que ha publicado una docena de novelas y antologías de relatos. Cuenta Vicente García, director de esta editorial, que «en época de crisis, los zombis tienen éxito. Así como el vampiro representa al aristócrata, el zombi es la clase media, la masa». Y explica que las novelas están «funcionando muy bien». En un género tan minoritario, «bien» significa tiradas de hasta 9.000 ejemplares. «Han coincidido series como "Dead Set"y "The Walking Dead"–título inglés de la inspirada en la obra de Kirkman– y filmes. A España está llegando bastante literatura», cuenta sobre este «boom». Él recomienda leer «Los caminantes», de Carlos Sisi, y «Diario de un zombi», de Sergi Llauger.