Barcelona

Rocío Madrid: «Tengo algo de bicho raro, de marciana»

Profesión: actriz.. Nació: en 1978, en Málaga.. Por qué está aquí: actúa en el musical «Marta tiene un marcapasos» (Teatro Compac-Gran Vía).

Rocío Madrid: «Tengo algo de bicho raro, de marciana»
Rocío Madrid: «Tengo algo de bicho raro, de marciana»larazon

–«Marta tiene un marcapasos». ¿Y usted qué tiene?

–Un corazón luchador. Hago un musical en Madrid y mi casa, con dos niños pequeños, está en Barcelona. Es muy duro.

–¿Ha descubierto ahora que lo suyo son los musicales?

–Sí, a los 35. Quizá sea un poco tarde, pero es cuando llegó la oportunidad.

–Canta y baila. ¿Qué hace peor?

–Lo hago todo bien. Terminé danza a los 18 años y canto desde pequeña.

–¿Desde que es camarera (en el musical) deja más propina?

–Siempre he sido generosa con las propinas. Dar me hace feliz.

–¿Lo peor de tener que servir?

–Al principio se me caían las cervezas de la bandeja.

–Los Ángeles está llena de camareras que quieren ser actrices...

–Yo trabajé de azafata de congresos. Muchas horas de pie.

–Si la necesidad apretara, ¿sería otra vez azafata, camarera o...?

–Mi futuro lo veo en un pueblo criando alguna raza de perro o gato. Soy muy de campo.

–Se enamora de su jefe. ¿Se enamora en la vida real de sus jefes?

–No. Siempre me han gustado los hombres de mi edad, no los mayores.

–Trabajó en «Crónicas marcianas». ¿Era fácil enamorarse de Sardá?

–Me enamoré de su inteligencia y profesionalidad. No hubo más.

–¿Tiene algo de marciana?

–Sí, tengo algo de bicho raro, de marciana. Así me ven los de mi entorno.

–Trabajó en «Amar en tiempos revueltos». ¿Se enteró de cómo se ama en esos tiempos?

–En mi caso, era amar ocultándose, porque estaba enamorada de mi jefe. Ya ve, otra vez un jefe.

–¿Un musical que le gustaría interpretar después de «Marta...».

–Me encantaría ser la Jazmine de «Aladine». Cualquiera de la factoría Disney.

–¿Un actor con el que le gustaría cenar?

–Miguel Ángel Silvestre, y no por guapo, sino por sencillote y campestre.

–¿Un político al que le apetecería besar, aunque fuera en la frente?

–A ninguno. Primero que solucionen las cosas y luego que pidan besos.

–No piden: los prefieren robados...