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Primicia | Clara Chía respira: Gerard Piqué no se muda por decisión de Shakira
La joven, que sigue en Barcelona, defiende su perfil bajo, mientras su pareja viajará puntualmente a América

Clara Chía temía encontrarse por primera vez sola, sola del todo, desde que inició su relación con Gerard Piqué. Hasta hace apenas 24 horas, el exfutbolista tenía organizada su agenda para instalarse durante varias semanas, acaso tres meses, y ocuparse de sus hijos mientras Shakira, madre de Milan y Sasha, se iba de gira. La artista ha pegado –por enésima vez– un manotazo al tablero y nada de eso va a ocurrir. Según han adelantado las Mamarazzi, la colombiana ha decidido a última hora llevarse consigo a los niños. Clara Chía respira un poco más tranquila. Su novio se queda en Barcelona.
Revelada su identidad al poco de que Gerard Piqué y Shakira anunciasen su ruptura, la joven barcelonesa pasó a convertirse en sujeto de deseo de toda la prensa nacional y de odio por buena parte de la latinoamericana. Desde entonces, ha debido soportar ser protagonista de la canción más famosa de una superventas de talla internacional, acudió a una clínica aquejada de un episodio de ansiedad y llegó a denunciar en comisaría sentirse acosada por un fotógrafo. Sí, se enamoró de un hombre muy famoso pero ella no desea brillar. Chía no busca ni le agradan la tele ni las fotos, tampoco verse en revistas y no ha concedido ninguna entrevista desde junio de 2022, cuando le pusimos nombre. Vamos camino de tres años de una relación sólida y Clara no ha cambiado su forma de ser. Así, las circunstancias que obligaron a mover de sitio los muebles de su escenario mental han cambiado radicalmente en las últimas horas y tanto ayer como hoy, vuelve a ser sujeto de interés.
Clara Chía se incorporó a Kosmos al poco de formalizarse la relación iniciada con Piqué. Se conocieron en invierno de 2022 en La Traviesa, un bar de copas de la zona alta de Barcelona, y el flirteo pasó a mayores. La realidad, finalmente, traspasó la frontera del cotilleo, saltó a la prensa y sobrevino la hecatombe. Shakira y Piqué hacían pública su ruptura en junio de ese año. Lo demás es conocido: un proceso de divorcio de varios meses, larguísimo y espinoso, que concluyó con un convenio firmado la madrugada del 8 de noviembre y dejó agotados a Pilar Mañé y Ramón Tamborero, abogados respectivos de los contendientes.

Esta misma semana, Gerard Piqué regresaba a España tras visitar Miami para cumplir con dos citas de trabajo. En Madrid, asistía a un evento junto a su amigo y antiguo rival Iker Casillas: ambos protagonizan el spot que presenta a Uber Eats como patrocinador oficial de LaLiga y los dos respondieron a preguntas de la prensa sobre actualidad deportiva. De ahí, se desplazó a Barcelona para subir a continuación a Andorra: como propietario del club pirenaico, el exdefensa azulgrana tenía deberes y ganas de poner orden tras un triste empate a cero con el Ourense. Y, naturalmente, ha estado con su chica.
Jugando al despiste
Según cuentan a este diario periodistas de calle, los que saben qué se cuece sin intermediarios y han vuelto a asomarse al día a día de Clara, la novia de Piqué ha acudido estos días sin falta a su puesto de trabajo en Kosmos con la mirada baja y tirando de flexibilidad horaria. Se recogía antes de lo habitual. También ha variado sus rutinas de belleza: cliente habitual de destacados centros de estética del Upper Diagonal –Anara y Oxigen, entre otros– procura variar horarios para despistar y evitar ser importunada por los paparazzi. Si se había habituado en parte a su presencia, estos días no se ha sentido con fuerzas para hacer frente a flashes y micros sin el apoyo de su novio. «Siempre le ha agobiado nuestra presencia y con Piqué al lado, obviamente era más llevadero soportar la fama», deslizan a este diario esos reporteros. Y del mismo modo, confirman que Clara Chía dejó de interesar hace tiempo: una vez las ácidas letras de la laureada colombiana cambiaron de objetivo, la artista dejó de atacar a su ex y una vez en Miami la guerra se convirtió en cosa del pasado, Clara volvió a respirar tranquila. «De hecho, me consta que varias veces no se han vendido varios reportajes con ella como protagonista», explican de manera confidencial a LA RAZÓN.

Esa ansiada tranquilidad ha estado mellada por una excepción importante, sus encontronazos con el paparazzi Jordi Martín. Denunciado por Chía y Piqué –él se retiró posteriormente de la causa–, el proceso judicial legó a un punto de inflexión en junio de 2024 con una condena de un año de prisión al fotógrafo por acoso y lesiones. Contactado para este artículo, un Jordi Martín aún atónito, señala lo infrecuente de que el juez falle en favor de un demandante con la oposición de la Fiscalía. No da crédito a que se le condene por hacer su trabajo como viene realizando desde hace tantos años. En noviembre pasado, su abogado, Ricardo Abia, presentó recurso ante la Audiencia Provincial de Barcelona pero no son optimistas: prevén llegar al Tribunal Supremo y terminar pleiteando fuera de Cataluña, según han explicado a quien firma este reportaje.
La Loba decide
En los últimos meses, Shakira y Piqué han acordado horarios de visita y estancias más largas, como la que nos ocupa, sin necesidad de recurrir a sus abogados. De surgir un desacuerdo importante como el de ahora mismo, tienen en suelo norteamericano sus respectivos representantes legales. El propio Jordi Martín, próximo al entorno de la artista colombiana, nos confirma este punto: «Hasta ahora no había comunicación a través de los abogados ni de Tonino, hermano de Shakira. Hablan el uno con el otro de modo fluido. Cuidado, no son amigos ni se plantean una reconciliación, tal como dije en el programa El gordo y la flaca (Univisión), pero han dejado atrás el rencor y el mal rollo». Por lo que acabamos de conocer, volvemos a la casilla de salida. La cantante Shakira no está conforme con que Piqué se mude a Miami de manera definitiva y cambiar su régimen de visitas.

¿Ha supuesto este episodio una crisis entre Piqué y Clara? Fuentes cercanas al futbolista recalcan que si bien siguen juntos como hasta ahora, las prioridades de él han cambiado: el foco de Gerard está en sus hijos, lógicamente, más que en no herir los sentimientos de su novia. Unido ello a que Miami es suelo abonado para expandir el negocio de la King’s League y que la distancia (con un océano de por medio, además, en este caso) supone un enfriamiento inherente a cualquier relación, es lógico que estos días Clara Chía haya sido fotografiada con un aspecto más abatido. Sin embargo, de confirmarse el nuevo rumbo de las cosas, la joven catalana ha comenzado ya a sonreír. Y a respirar tranquila.
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