Cuca, no lo mates más, porfa

Decía yo para mis adentros, en modo mantra: Cuca, no lo repitas más, porfa; no lo mates más, que es peor. Pero lo ha vuelto a hacer, que para eso ella es muy suya y muy de Logroño, coño. Sí, lo ha dicho: “El Gobierno está muerto”. ¿Nadie se ha enterado en el PP que cada vez que lo matan, el Apolo de la Moncloa renace más fuerte, más chulo e incluso más guapo, como si hubiera estado un mes en la Buchinger? Jesús resucitó a tres. A Lázaro, el más famoso de entre los resucitados, lo devolvió a la vida a los cuatro días de fallecer. Es difícil resucitar: si será difícil que el mismísimo Jesús, Hijo de Dios Padre, tardó tres días en hacerlo. Tres días sin reducción de jornada laboral. Bueno, pues a pesar de esa dificultad, el Apolo se ha acostumbrado a resucitar prácticamente cada mes desde hace ocho años, y en parte se debe a las continuas exequias y esquelas que el PP le dedica.

El Apolo se crece en sus entierros, le va la marcha del luto, está en su salsa con los réquiems de fondo. Lo matan y se descojona, poseedor de todos los antídotos contra todos los venenos. Además, cuenta con el gran coro de góspel monclovita que le canta constantemente aleluyas a su gloria: el Apolo ha resucitado, regocijaos, sanchistas. Ahí está el Gran Wyoming, que ha contado que el próximo febrero la pareja Ayuso-González podrá celebrar dos fiestas: el 14, Día de los Enamorados, y el 7, que a partir de ahora podría ser el Día del Novio Imputado. Le faltó añadir que el Apolo podrá celebrar el 20 de abril dos renacimientos: el Domingo de Resurrección (la Ley Bego) y el de Peret cantándole: “No estaba muerto, estaba de parranda…”