París
Bordiú y Campos, en el desguace
Comenzó recogiendo cartones y ahora es millonario. Así se forjó Luis Miguel Rodríguez, el empresario que, dicen, podría haber devuelto la sonrisa a Carmen tras los rumores de separación
Ha vuelto a hacerlo. Carmen Martínez-Bordiú ha copado, una vez más, los titulares del papel couché con un supuesto nuevo amor. Su vida sentimental nunca ha estado exenta de polémica ni su matrimonio con José Campos, de crisis desmentidas,;pero, en esta ocasión, la rumorología parece haberle ganado el pulso a la nieta de Franco, que todavía no ha dicho «esta boca es mía». Tampoco Campos, su tercer marido, que, en otras ocasiones, no ha dudado en someterse a la palestra mediática para contar con pelos y señales los pormenores de su relación con la madre de Luis Alfonso de Borbón. «Ni Carmen ni José van a decir nada al respecto, y yo desconozco la vida personal de ambos», afirma la representante de Bordiú, Edith Pérez, mientras que su abogada, Teresa Bueyes, adelanta que «en las próximas semanas hablarán a este respecto».
Las particularidades de su matrimonio siempre han llamado la atención de los medios: han tenido vidas separadas desde el «sí quiero». La «nietísima» suele viajar con asiduidad a París y Roma, además de a su finca de Cazalla de la Sierra (Sevilla); mientras que él se apega a su querida ciudad, Santander. Pero la distancia no parecía ser un problema para ellos, que presumían, de puertas para fuera, de mantener la llama de su amor encendida. Hasta ahora, que un tercero en discordia podría haberse colado en su «abierta relación». La Prensa del corazón ya ha puesto nombre y apellidos a este caballero andante que habría vuelto a ilusionar a Bordiú: Luis Miguel Rodríguez, el multimillonario dueño de Desguaces La Torre en Torrejón de la Calzada, Madrid.
El empresario madrileño no ha querido pronunciarse al respecto y su entorno profesional pide prudencia ante las informaciones: «Que dos personas sean vistas hablando no significa que tengan nada... Y más allá de la polémica, están las personas, la familia... El daño puede ser enorme», explica un encargado de Desguaces La Torre a LA RAZÓN, y añade: «Se están diciendo barbaridades... Que si es facha, que si compró una estatua de Franco y la tiene en su casa... Mentiras». Las especulaciones han desbordado a la familia del llamado «rey del desguace». Su esposa, Asunción Fernández, no da crédito a lo ocurrido. «No es mi mundo ni mi vida, no tengo ninguna información que dar», declara a LA RAZÓN.
Su esposa y socia
Además de estar casada con Luis Miguel, es su socia en los negocios. Así, figura como apoderada de Desguaces La Torre, empresa líder en el desguace de vehículos, y administrador solidario de La Casa Grande del Aceite de Oliva SL, una empresa situada en Torrejón de Velasco, localidad en la que reside la familia en una exclusiva finca llamada La Aguja. «Los conozco desde hace veinte años. Están muy unidos, siempre los he visto muy bien. No sé si creérmelo», comenta la dueña de la peluquería Patios a este diario, y añade: «Él es fantástico y su mujer, Asunción, es una persona muy cariñosa y entrañable... Ahora lo está pasándolo mal porque tiene a su padre enfermo».
Sin embargo, en el pueblo hacía tiempo que no veían al matrimonio hacer vida en común. «Nunca se les veía juntos», indica un vecino, y añade: «Ella suele bajar a la panadería, al estanco... pero nunca con él, sólo con los guardaespaldas». Y es que, según cuentan en esta localidad madrileña, la familia ha estado bajo amenaza de secuestro en varias ocasiones y posee seguridad privada en todo momento. «Hasta sus hijas, Marta (26) y Victoria (22) llevan protección. En fiestas estuvieron en el bar tomándose algo con los escoltas al lado», comenta otro lugareño que, además, explica que Luismi, como le llaman sus allegados, es una persona muy admirada: «Comenzó recogiendo cartones con su padre... Es un ejemplo a seguir». Todos destacan su visión empresarial pero también su amabilidad, educación y semblante.
Oriundo de Parla, comenzó en el negocio de la chatarra, en el que pronto destacó por su talento innato para los negocios, que le llevaron a rodearse de la «high class». Así, entre sus amistades figura Mari Luz Barreiros, ex mujer de Jesús Polanco, y también buena amiga de Bordiú. Junto a ella inició el proyecto del Museo de Automoción-Barreiros, una obra con la que quieren homenajear a Eduardos Barreiros, padre de Mari Luz, y considerado por Luis Miguel, el padre de la automoción en España. Asimismo, hasta su casa del aceite se han acercado desde «las Koplowitz», Esperanza Aguirre, hasta «los Albertos». «Se mueve en esos círculos», explica el encargado. Y precisamente en «esos círculos» de la «socialité» podría haber conocido a Bordiú con la que, por lo visto, celebró la festividad de La Candelaria en la Aldea del Rocío.
¿La separación definitiva de José Campos?
El matrimonio no aparece en público desde hace más de tres meses –se les vio en el funeral del tutor de Luis Alfonso en noviembre–. Ya no se ve a Carmen comiendo con su marido en el complejo deportivo de La Albericia, al que ambos solían acudir siempre que sus compromisos se lo permitían para echarse una partida de mus. Ni ella ni Campos, centrado en su actividad empresarial y en su cargo en el Racing de Santander. Al parecer, Campos está pasando por problemas económicos.
El gran imperio de la chatarra
Con un espíritu emprendedor y hecho a sí mismo, Luis Miguel Rodríguez fundó hace más de veinte años la empresa líder en el desguace de coches de Europa. En sus impresionantes instalaciones se apilan todo tipo de piezas automotrices: llantas, ejes de dirección, neumáticos... Más de 240.000 metros cuadrados, 35 grúas, 380 personas en plantilla y un «call center» que atiende los pedidos de más de 50.000 talleres de toda España. Un fructífero negocio que este parleño espera poder ampliar en un futuro. Mientras tanto, su buen olfato para los negocios le han llevado a adentrarse en el sector inmobiliario con Venta Sur Inmobiliaria SL y en el alimentario, con La Casa Grande del Aceite de Oliva SL, una espectacular finca de estilo manchego situada en el centro de Torrejón de Velasco. Custodiada por varios coches de seguridad privada, esta parcela se dedica no sólo a la producción de aceite de oliva, sino también al alquiler de sus salones para diferentes eventos.
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