París
Juan Laborda Barceló: «Nos hemos fumado los ideales»
Profesión: escritor, doctor en Historia Moderna.. Nació: en 1978, en Madrid.. Por qué está aquí: hoy presenta en la Casa del Libro (Gran Vía) «La fragilidad del neón» (Alrevés).
–«La fragilidad del neón». Dice que el neón es como los ideales. ¿Por lo volátil?
–Sí, los ideales iluminan mucho pero a veces están vacíos de contenido. Por encima de ellos debe estar el individuo.
–¿Los ideales desaparecen?
–Tienden a desaparecer. Se sustituyen por necesidades de supervivencia.
–¿Las crisis matan idealistas y crean escépticos?
–Las crisis rompen las ideologías. Crean desencanto y violencia.
–Recuerdo que antaño los Ideales eran algo que se fumaba...
–Gran imagen: efectivamente, nos hemos fumado los ideales.
–Se ha dicho: «Es más fácil luchar por unos principios que vivir de acuerdo con ellos».
–Sí. La revolución es atractiva, pero luego viene el desencanto que toda revolución produce, el fracaso de la revolución.
–«Los ideales son peligrosos; la realidad hiere, pero es mejor», dijo Wilde.
–Está claro: la realidad machaca los ideales.
–Su novela: París, 1961, un exiliado español que se gana la vida como chofer, la OAS, el terrorismo...¿Qué le atrae de ese tiempo?
–La idea del fracaso de un hombre en medio de grandes ilusiones universales que acaban mal. Novelo el encanto de la derrota.
–No sé por qué a los escritores nos gusta tanto el fracaso, el perdedor...
–El perdedor es más rico en matices que el vencedor. Somos contradictorios: escribimos de perdedores pero queremos el éxito.
–Habla de la futilidad de la política. Los políticos no se consideran fútiles.
–Se consideran dioses y aspiran a la inmortalidad.
–Dice García-Page que los políticos son el culo de la democracia, por las patadas que les da la gente para desahogarse...
–Los mediocres son el cáncer de la democracia. No nos los merecemos.
–El siglo XXI parece que se resume en dos títulos de Dickens y Balzac: «Grandes esperanzas» y «Las ilusiones perdidas».
–Cierto. Nos han vendido grandes proyectos que se han quedado en nada, en humo.
–Como los Ideales: tabaco de liar...
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