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Viaje al paraíso
El truco de tacaño de Íñigo Onieva para ahorrarse unos euros en Seychelles
El marido de Tamara Falcó ha demostrado conocer una de las viejas técnicas de los mochileros
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Tamara Falcó e Íñigo Onievase están regalando una nueva luna de miel. Para celebrar su primer año de casados se instalaron en la ciudad de las luces y el amor, París, donde protagonizaron idílicas estampas previas al tsunami que han supuesto los Juegos Olímpicos. Ahora han decidido emplazar su disfrute vacacional en las paradisiacas playas de las islas Seychelles y, como marca ya la tradición, nos han querido dar envidia a través de sus respectivas redes sociales. Todos los planazos de la pareja pasan religiosamente por stories y publicaciones en Instagram, dando buena cuenta de cómo ha sido su llegada a su destino. No exenta de sustos, pero idílica. Como era de esperar, la cuenta es elevada y no han escatimado en gastos para su viaje al paraíso. De ahí que sorprenda que practiquen un truco de mochileros para ahorrarse unos euros en sus aventuras con los bolsillos pelados.
Por supuesto, no es el caso de la marquesa de Griñón y su marido, que seguramente hayan confiado en la comodidad del “todo incluido” para sus vacaciones. Por fin han llegado al exclusivo hotel Raffles Seychelles, tras las complicaciones en la salida desde Madrid y después de salvar la distancia del aeropuerto a la isla en helicóptero. A punto estuvo de ver arruinada su escapada cuando al llegar al aeropuerto de Barajas se percató que le faltaba una importante bolsa con la que no estaba dispuesta a viajar. De ahí que pidiese auxilio a un miembro de su equipo del hogar para que le salvase las vacaciones: “En el último momento, hemos tenido que pedir a alguien de casa que nos trajera una bolsa que se me había olvidado y entonces hemos llegado corriendo, literal, al avión”, narraba su percance, como cada detalle de su traslado al paraíso.
Una vez salvadas las distancias se instalaron en el hotel Raffles Seychelles. Han confiado en este exclusivo resort de la costa norte de Praslin, con espectaculares playas en un entorno tropical no apto para todos los bolsillos. El común de los mortales no puede permitirse una estancia aquí, pues la opción más modesta está a partir de los 1.400 euros la noche. Seguramente no haya sido la elegida por la hija de Isabel Preysler y su afortunado marido empresario, aunque quién lo diría viéndoles sacar el mayor partido posible al bufé libre del resort de lujo. Como si de una trastada de niños se tratase, Íñigo Onieva había caído en uno de los recursos más habituales de aquellos que viajan con un presupuesto mínimo y se ahorran una comida llevándose lo que se pueda el bufé del desayuno. “He hecho unos bocadillos”, decía con orgullo y una sonrisa pícara, mientras mostraba los 8 montaditos que se había preparado para saciar su apetito más adelante.

Aunque muchos entendieron mejor a Íñigo Onieva cuando explicó de qué estaban hecho los bocadillos, aprovechando la ocasión para hacer promoción de la empresa familiar: “Esto es pan de cristal, jamoncito de Cinco Jotas, tumaca, aceite marqués de Griñón y sal”, presumía de lo que llevaba escondido en una austera y nada glamurosa bolsa de plástico. Y es que no todo iba a ser lujo y ostentación en sus publicaciones en Instagram, aunque así hayan sido el resto. Así han presumido de cómo un coche privado les ha llevado al avión y las mieles que se disfrutan en primera clase, sintiéndose casi como en el salón de su exclusivo ático. Incluso bebieron champán para hacer más amenas las 13 horas de vuelo, más el traslado en helicóptero privado al hotel. Qué menos que asegurarse unos bocatas bajo la camiseta para picar algo en la playa. Por cierto, echaron cuentas y a Tamara Falcó le tocaban dos y a él seis bocadillos de jamón con aceite con sello familiar, que ha viajado con ellos a Seychelles.
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