
Opinión
Richard Gere, te queremos
Lenguas viperinas propalan que el presi ya le ha invitado a cenar en la Moncloa. ¿ A qué espera Feijóo para invitarle a percebes?

Es lo que tiene ser un vejestorio un poco tapia: cuando escuché a Richard Gere, nuestro querido vecino, hablar en Granada en la cosa de los Goya de “un matrimonio oscuro entre el poder y el dinero como no habíamos visto nunca”, pensé, quizá soñé, que ya empezaba a conocer el país que ahora habita y que se refería al matrimonio del Apolo de la Moncloa y la Bego, o al casorio de un sector del Gobierno y el comisionista Víctor de Aldama, o al himeneo de Ábalos y Koldo, o al maridaje del Apolo, Conde-Pumpido y García Ortiz. Bueno, este último caso, más que un desposorio es un ménage à trois con todas las bendiciones laicas. Pero no: se refería nuestro buen Richard al matrimonio de Trump con Musk y otros billonarios. Lo aclaró: “Los payasos millonarios que rodean a Trump son inmaduros y narcisistas”.
Y ya puestos, alertó, urbi et orbi, que “la Administración de los EE UU representa un peligro para todas las personas del planeta”. Toma ya. Cuentan que ahora todo el rojerío trata de seducir al oficial y caballero, redentor de meretrices, temerosos de lo que el inquebrantable budista pueda largar por esa boquita de piñón cuando tenga profundo conocimiento de la realidad política española y de sus gobernantes sanchistas. Sería una voz con proyección internacional, de Madrid al Tíbet. Quieren llevarle al huerto sin esperar a que los capullos florezcan en primavera. A no ser que exista una especie de pacto secreto o alianza esotérica/mística/masónica entre guapos, ricos y famosos (sobre todo entre guapos), muchos creen que Richard podría convertirse en un plazo no muy largo en el gran azote del Apolo. Lenguas viperinas propalan que el presi ya le ha invitado a cenar en la Moncloa. ¿ A qué espera Feijóo para invitarle a percebes?
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