Secuelas psicológicas

"Puede peligrar la identidad". Los expertos hablan sobre el drástico cambio de imagen de Paola Olmedo

Ansiedad, depresión, problemas para reconocerse y adaptarse a la nueva imagen, búsqueda constante de cambios, algunas de las secuelas de una operación tan radical

Antes y después del cambio de imagen de Paola Olmedo
Antes y después del cambio de imagen de Paola OlmedoLA RAZÓN

La revista "Lecturas" sorprende hoy miércoles, 19 de marzo, con el cambio de imagen de Paola Olmedo. la exnuera de Carmen Borrego aparece totalmente irreconocible tras su operación estética. Según Olmedo "han tenido que retocarme todo", incluida la nariz porque el cirujano me dijo que quedaba rara. No me esperaba tanto cambio, es muy brusco".

La que fuera esposa de José María Almoguera afirma que "la primera vez que me vi en el espejo no me gustó, sentí como rechazo hacia mí. Esto en el proceso de gustarme". Un proceso habitual en los pacientes que se someten a este tipo de operación. Según confirma a LA RAZÓN la psicóloga Belén Sánchez, "muchas personas creen que la cirugía traerá felicidad instantánea, pero la adaptación psicológica puede ser compleja. En algunos casos, a pesar de la transformación física, la autoestima sigue siendo baja, lo que genera frustración".

Operación por salud, no estética

Además, Olmedo explica en la citada publicación que la reacción de su hijo fue dura. "Mi hijo me dijo 'esa no es tu nariz, no eres mi madre'. lo más duro fue no poder decirle: '¡Soy yo!' Pero no podía hablar". Todavía convaleciente, la nuera de Borrego afirma que "aún tengo paralizadas algunas partes de la cara y no las siento. Lo peor ha sido no poder dar un beso a mis hijos".

Paola Olmedo entrevistada
Paola Olmedo entrevistada Mediaset

Una operación que afirma haberse hecho "en la Seguridad Social porque es algo médico, nada estético. Me operaron tres cirujanos hace un mes y una semana durante seis horas y media. Tenía problemas de audición, me afectaba a la garganta y al oído".

En la sociedad actual, marcada por estándares de belleza muchas veces inalcanzables, se refuerza la idea de que el atractivo físico es sinónimo de éxito, aceptación y felicidad. Las redes sociales, la publicidad y los medios de comunicación promueven esta creencia mediante imágenes retocadas y cuerpos idealizados, alejados de la diversidad real. Hablamos con la psicóloga Belén Sánchez sobre las consecuencias sicológicas de un cambio de imagen tan drástico.

"El problema surge cuando una persona con baja autoestima se somete a una comparación constante, desarrollando sentimientos de insuficiencia y la necesidad de cambiar su apariencia para sentirse valorada o aceptada. En estos casos, la cirugía estética se convierte en una herramienta popular para modificar la imagen y, en muchos casos, mejorar la autoestima", destaca la experta.

"Sin embargo, cuando la motivación para someterse a una cirugía estética proviene de inseguridades profundas, el resultado no siempre es el esperado. Aunque la transformación física puede generar una satisfacción inicial, muchas veces la raíz del problema persiste: la percepción negativa de uno mismo. Esto puede derivar en un ciclo de insatisfacción donde se buscan modificaciones constantes sin alcanzar una verdadera sensación de plenitud", añade la doctora.

Cuando se trata de cirugías de gran magnitud que cambian por completo el rostro, como es el caso de Paola Olmedo, "el impacto psicológico puede ser aún más profundo. No solo se modifica la apariencia, sino también la percepción de la propia identidad y la manera en que los demás reaccionan ante este cambio", destaca.

Reacciones psicológicas a un cambio de imagen radical

-Crisis de identidad: El rostro es una parte esencial de la identidad personal. "Un cambio drástico puede generar una sensación de desconexión con la imagen reflejada en el espejo, llevando a la persona a sentir que ha perdido parte de su esencia", según la Dra. Sánchez.

-Expectativas vs. realidad: "Muchas personas creen que la cirugía traerá felicidad instantánea, pero la adaptación psicológica puede ser compleja. En algunos casos, a pesar de la transformación física, la autoestima sigue siendo baja, lo que genera frustración".

-Ansiedad y depresión: "Aceptar una nueva imagen puede ser un desafío emocional. Algunas personas experimentan ansiedad o depresión al no sentirse cómodas con su apariencia o al recibir reacciones inesperadas de los demás".

-Búsqueda constante de cambios: En personas con una tendencia a obsesionarse con defectos percibidos en su imagen, una cirugía no siempre es suficiente. En lugar de satisfacción, pueden desarrollar la necesidad de continuar modificando su aspecto, entrando en un ciclo peligroso.

-Reacciones del entorno: "El entorno juega un papel clave. Una transformación extrema puede generar rechazo, críticas o, por el contrario, admiración excesiva, lo que puede influir en la autoimagen y hacer que la persona dependa aún más de la aprobación externa".

Automejora consciente o cerrar una herida emocional

Es importante diferenciar entre quienes buscan una cirugía estética desde una perspectiva de automejora consciente y quienes lo hacen como respuesta a una herida emocional no resuelta.

José María Almoguera y Paola Olmedo
José María Almoguera y Paola OlmedoSemana

En el caso de Paola Olmedo, si bien no disponemos de información directa sobre su motivación y estado emocional, someterse a una cirugía de alto riesgo como la que ha realizado implica un proceso de adaptación emocional complejo. Como se ha señalado, este tipo de transformaciones pueden generar tanto satisfacción por alcanzar un ideal de belleza personal como dificultades para aceptar la nueva imagen y afrontar la reacción del entorno.