
Propiedad
Esta es la casa que Tita no quiere (y no es Marbella)
La baronesa ha alquilado, con posible opción a compra, una gran propiedad con la que no tiene ningún vínculo afectivo

Antes de la muerte del barón Thyssen-Bornemiza el patrimonio inmobiliario del matrimonio era largo y ancho y repartido por el mundo. Jamaica, Suiza, Reino Unido, Francia, Andorra y España eran los puntos cardinales donde la pareja tenían sus casas. El buque insignia era Villa Favorita, en Lugano. En ese palacio a orilla del lago se mantuvo la colección de arte hasta su venta al gobierno español. Los barones y Borja vivieron allí varios años hasta que compraron la mansión de La Moraleja. Los veranos los pasaban en Marbella. En la Costa del Sol, Carmen se reencontraba con su mundo festivo del que el barón disfrutaba de lo lindo. En noches memorables donde Heine ya de madrugada ofrecía a los amigos en el Marbella Club o en Los Monteros su especialidad de yoga: la postura del Loto.
Este enclave marbellí sigue siendo uno de los preferidos de Carmen y al que acude a menudo. Esas visitas tienen que ver con su participación directa en el museo de Málaga que lleva su nombre y con una actividad pictórica importante. En el 2008 recibió una estrella en el llamado Bulevar de la Fama y confirmó que la ciudad «es un lugar mágico y la cosa más bonita que hay. Aquí descanso y lo paso muy bien», comentó a la que escribe. Recientemente se ha publicado, que la baronesa vende la mansión, de trece dormitorios y trece baños y más de 400 metros cuadrados de superficie, de Marbella, cuyos gastos mensuales de mantenimiento superan los 30.000 euros. Sin embargo, este medio ha podido confirmar que Tita Cervera no piensa deshacerse de ella.

Esta mansión marbellí es su reducto preferido, junto con «Más Mañanas», la villa gerundense en Sant Feliú de Guíxols, en el Bajo Ampurdán, que siempre fue de su propiedad y no del barón. Fue un regalo del actor Lex Barker. El destino hizo que Thyssen falleciera en la que es la propiedad más amada de la coleccionista.
Tanto «Matamua» como «Más Mañanas» son su talismán, donde carga energía y no se venden ni se alquilan. En la Costa Brava vivieron las mellizas Carmen y Sabina hasta que por cuestiones académicas, ya que las niñas debían escolarizarse, se trasladaron a Andorra. Carmen compró dos chalés en una de las urbanizaciones más bonitas de la localidad. Una para Borja y otra para ella. Estas dos viviendas se mantienen y cada año el precio se revaloriza. Y lo mismo sucede con la mansión de La Moraleja que nunca ha estado en venta.
[[H2:Su negocio en S’Agaró]]
La baronesa sí que ha rentabilizado alguna de sus propiedades. Es el caso del edificio en la playa de S’Agaro que convirtió en 2023 en un hotel boutique al que bautizó con el nombre de The Elephant Pink. Este negocio funciona a pleno rendimiento y la reserva para sus catorce habitaciones hay que hacerlo con tiempo.
Según ha podido saber este diario, hay una propiedad que, por ahora, no está en venta, aunque sí hubo un primer momento de este año en el que surgió la duda y Carmen Cervera se planteó en colgar el cartel de «Se vende». Se trata de un edificio del siglo XIX de tres plantas, en una de las mejores zonas de Palma de Mallorca. Cuando el barón lo compró y restauró eran los tiempos en que compartían veraneos con los duques de Badajoz, la infanta Pilar y Luis Gómez-Acebo que tuvo un papel fundamental en la negociación de la colección Thyssen para que Madrid fuera el lugar definitivo. Tita nunca se encontró a gusto en este palacete y preferían vivir en su yate. Una vez que decidió no vender (pedía alrededor de seis millones y medio de euros), optó por alquilar, que es en la situación en la que se encuentra la propiedad en la actualidad. Los futuros inquilinos son británicos de un nivel potente. Es posible que el alquiler supere los 8.000 euros mensuales y que tenga derecho a compra. A diferencia de Madrid y Costa Brava, en el palacete no hay recuerdos afectivos salvo el valor económico.
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