
Opinión
El diario de Amilibia: Ay, las camisetas viejas
"Ione Belarra apareció en la Moncloa, en la ronda del Apolo, con la camiseta del «No a la guerra», quizá adquirida en alguna tienda vintage"

La moda es un eterno retorno. Se vuelve a llevar lo que se llevó. Ione Belarra apareció en la Moncloa, en la ronda del Apolo, con la camiseta del «No a la guerra», quizá adquirida en alguna tienda vintage. Es la evolución progresista. El rojerío alerta sin parar de que vuelven los «camisas viejas» (falangistas pata negra), pero lo que en verdad retorna son las sudadas camisetas viejas de aroma hippy que nos retrotraen a la Santa Transición. Me imagino que los podemitas, sumaristas y comunistas en general están quitándole el polvo a camisetas con eslóganes como «Hasta la victoria siempre», «Sí se puede», «Confía, coño», «El pueblo unido jamás será vencido», «OTAN, de entrada NO», «El enemigo es la guerra», «No necesitas espadas para cortar flores», «Haz el amor y no la guerra», «Paz, amor y felicidad para todos», «Prohibido prohibir», «No pasarán», «Bases fuera»...

Lava la camiseta con la cara del Che, que vuelve como vuelven las flores a los cañones de los fusiles. Sube al tanque y alza la bandera arco iris. Besa al soldado y corona su casco de margaritas. Dios, se me saltan las lágrimas. Parece que estoy viendo a Jane Fonda levantando el puño antes de pasarse al aeróbic, y a John Lennon interpretando «Imagine» con Yoko Ono en la cama, y a Bob Dylan cantando «A Hard Rain’s» para ganarse el Nobel. Ursula von der Leyen ha dicho en Bruselas que «el tiempo de las ilusiones ha pasado», pero el rojerío no conoce el desaliento e insiste con fe inquebrantable en su rosario de misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos. Celebran la resurrección del puño, ahora que el puño lo levanta todo dios, incluidos Trump y Elon Musk. Mientras, el Apolo estrena camiseta nueva: «Cañones y mantequilla, una sabor que maravilla». Como el chorizo Revilla.
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