Una experta analiza el beso viral entre Taylor Swift y Travis Kelce: ¿es amor verdadero?

Taylor Swift se ha convertido en asidua de los partidos de fútbol americano de los Kansas City Chiefs. Su novio, Travis Kelce, juega como tight end (ala cerrada, una posición que forma parte de la línea ofensiva) y siempre que su apretada agenda se lo permite acude a animarle desde la grada. Pero el pasado domingo se vivió en el campo un momento al que la pareja tiene muy poco acostumbrada a la opinión pública.

La cantante salió al terreno de juego para celebrar la victoria de los Chiefs contra los Buffalo Bills en el campeonato de la AFC, un triunfo que lleva al equipo a jugar su tercera Super Bowl consecutiva. Lo harán el próximo 10 de febrero contra los Philadelphia Eagles en el Caesars Superdome de New Orleans, una cita importante a la que de seguro también acudirá Taylor Swift.

El caso es que el pasado fin de semana, la artista y el deportista se fundieron en un apasionado beso ante la atónita mirada de miles de espectadores en directo y otros tantos millones que seguían desde casa el partido. Un gesto que a priori denota enamoramiento y mutua complicidad, pero que a tenor de los rumores que siempre han circulado sobre el interés meramente económico que se esconde tras su relación, ha llevado a muchos a preguntarse si realmente hay amor tras esos arrumacos.

Por fortuna, la experta en lenguaje corporal Patti Wood viene a arrojar algo de luz al respecto, y en sus declaraciones a “Women’s Health” ha dejado claro que lo de Swift y Kelce es amor del bueno: “Se puede ver que la musculatura de sus rostros se eleva de felicidad. Ambos están muy felices mientras se besan”.

Además, la autora del libro “Snap: cómo aprovechar al máximo las primeras impresiones, el lenguaje corporal y el carisma”, detalla que la cantante sujeta “tiernamente” la cara de su pareja para mantenerlo cerca, un gesto que delata su necesidad de sentirlo a su lado. Por otra parte, a Patti Wood tampoco se le escapa lo fluidos que son sus besos a pesar de la tamaña diferencia de altura que hay entre ellos (él mide 1,96 metros, mientras que ella solo 1,78), una soltura que vuelve evidenciar que “llevan mucho tiempo besándose; se han adaptado a la diferencia de altura”.

Por último, la experta celebra lo “relajada” que parece la pareja en lo que a sus muestras de afecto públicas se refiere, una actitud muy diferente a la que presentaban al principio de su relación, cuando intentaban ser más discretos: “Es agradable verla (a Taylor Swift) en esta sensación de comodidad que le brinda él”.