
Historia
Esta es la historia y el destino de un castillo que marcó la Galicia medieval
En el corazón de la Costa da Morte, una imponente fortaleza medieval ha sido testigo de siglos de conflicto, poder y transformación

El castillo de Vimianzo ha sido testigo de más de 800 años de historia, desde su construcción a finales del siglo XII hasta convertirse en un centro cultural de renombre. Esta fortaleza, que jugó un papel clave en las disputas nobiliarias y los conflictos de la Edad Media, ha pasado por múltiples reformas y cambios de manos, siendo el epicentro de luchas por el poder en Galicia.
Erigido por la familia Mariño de Lobeira, el castillo de Vimianzo fue inicialmente concebido como una "casaforte", un tipo de residencia fortificada que protegía a los nobles locales. Con el tiempo, el imponente edificio fue mejorado y reforzado, especialmente a medida que la fortaleza se vio envuelta en las luchas de poder entre los Moscoso de Altamira y el Arzobispo de Santiago. A finales del siglo XIV, tras la muerte de Rui Soga de Lobeira y la posterior subasta de sus propiedades, el castillo pasó a manos de los Moscoso, quienes lo mantuvieron hasta el siglo XIX.

En 1467, el castillo fue tomado por las fuerzas populares durante las Guerras Irmandiñas, una rebelión contra la opresión feudal que sacudió Galicia. Durante este levantamiento, el pueblo de Vimianzo se alzó contra la nobleza, tomando la fortaleza en un acto simbólico que más tarde inspiraría una de las festividades más populares de la región: el Asalto ao Castelo. Aunque la rebelión fue breve, la memoria de este acontecimiento perdura, y cada primer fin de semana de julio miles de personas se congregan en la villa para rememorar aquellos tiempos turbulentos.
Con la restauración de la monarquía feudal tras la caída de los irmandiños, el castillo de Vimianzo volvió a ser una propiedad noble, pasando a ser gestionado por los condes de Altamira, quienes vivieron gran parte del tiempo en la corte, dejando el castillo bajo la administración de alcaides y merinos locales. No fue hasta finales del siglo XIX, con la intervención del poeta y político Evaristo Martelo, cuando el castillo sufrió una nueva reforma que lo rehabilitó como residencia. A pesar de los daños sufridos por un devastador incendio en 1965, la fortaleza fue restaurada nuevamente por la Diputación de A Coruña en 1973, convirtiéndose en un espacio abierto al público y un referente cultural.

Hoy en día, el castillo se erige como un ejemplo de la historia medieval gallega, con murallas, fosos y un puente elevado que evocan su pasado militar. Su estructura poligonal, con cuatro torres orientadas a los cuatro vientos, sigue siendo un testimonio de su fortaleza y su capacidad de resistir ataques a lo largo de los siglos. En su interior, los visitantes pueden disfrutar de la Muestra de Artesanía al Vivo, donde se exponen trabajos tradicionales como el encaje vimiancés, la cerámica, la cestería y la joyería en vidrio, entre otros.
El castillo alberga un centro de interpretación de la Costa da Morte, una zona de gran belleza natural y cultural que ha sido moldeada por siglos de historia marítima. La ubicación estratégica de la fortaleza, cerca de las rutas comerciales del mar del norte, la convirtió en un importante punto de control durante la Edad Media, dominando los puertos de Camariñas y Laxe, y protegiendo los intereses comerciales de los señores feudales.
✕
Accede a tu cuenta para comentar