Así es el mirador que ofrece una de las mejores vistas de Galicia

A más de 600 metros de altura, en el corazón montañoso de la península de O Morrazo, el Monte do Faro de Domaio se erige como un auténtico balcón natural hacia las Rías Baixas. Este enclave privilegiado, situado en Moaña, alberga un conjunto de miradores panorámicos que ofrecen una visión espectacular de la ría de Vigo y sus alrededores.

Desde sus plataformas de madera, los visitantes pueden disfrutar de un paisaje de 360 grados que abarca desde las islas Cíes hasta la lejana ría de Arousa, pasando por el puente de Rande, la fortaleza de Monterreal en Baiona y las villas marineras de Moaña y Cangas. Un espectáculo visual inigualable.

Un proyecto impulsado por la comunidad

La iniciativa de estos miradores partió de la Comunidad de Montes de Domaio, propietaria de los terrenos. Entre ellos destaca el conocido como "Mirador de las Manos", una estructura singular en la que se han instalado esculturas giratorias de madera con forma de mano. Estas piezas fueron talladas con motosierra por el artista moañés José Antonio Fervenza, más conocido como "Yosi", y permiten a los visitantes girarlas para capturar las mejores fotografías sin problemas de contraluz. La colaboración del herrero José Bragado hizo posible el mecanismo que da movilidad a estas originales esculturas.

Un paisaje que deja sin aliento

Desde estos miradores, la ría de Vigo se muestra en todo su esplendor. La panorámica permite contemplar la ciudad de Vigo en su totalidad, con su puerto pesquero y comercial, y enclaves naturales como el Monte da Peneda, O Galiñeiro y Monteferro. También se divisa el imponente puente de Rande, que conecta O Morrazo con el resto de la provincia de Pontevedra, y, en días despejados, la ría de Pontevedra y la de Arousa. Este mirador se convierte así en un lugar único en Galicia desde donde es posible divisar tres rías al mismo tiempo.

Pero el Monte do Faro de Domaio no solo es un enclave visualmente privilegiado, sino también un lugar de gran valor cultural y natural. A sus pies se encuentra el dolmen de Chan da Arquiña, un monumento megalítico con más de 5.000 años de antigüedad. Este vestigio prehistórico, rodeado de castaños y vegetación autóctona, añade un componente histórico y arqueológico a la visita, convirtiéndola en una experiencia aún más enriquecedora.

Cómo llegar

Para acceder a estos miradores, la ruta más recomendable parte de Moaña, tomando la PO-551 por la costa y desviándose hacia Monte Faro y el dolmen de Chan da Arquiña.