Historia y turismo

Así es el impresionante faro gallego en el que podrás dormir y que esconde una taberna sobre el Atlántico

El faro antiguo se inauguró en 1862 y hoy acoge un encantador restaurante; el nuevo última su transformación en el hotel con más magia de Galicia

Faro Silleiro (Baiona, Pontevedra).
Faro Silleiro (Baiona, Pontevedra). Turismo de Galicia

Desde arriba, a vista de pájaro, entre los tojos mojados por el mar y la humedad, un puñado de piedras se desparraman sobre el monte pintadas de tiempo y de grafitis. Están ocultas en una hondonada en mitad del acantilado, como si una bomba hubiese desparramado sus restos sobre un agujero creado por la misma, impropia, artillería.

La estructura cae como un terrón de piedra y lodo sobre el océano, que ruge abajo con la fuerza del Atlántico mitigada, un poco, por las Cíes. En ese descenso escalonado topa, en un zigzag estudiado y frenético, con la finísima boca de un cañón de artillería, reflejo visible de lo que fue y ya no es: la Batería Militar de Cabo Silleiro, punto estratégico para proteger la Ría de Vigo en la década de los 40.

Cañón de la Bateria Militar.
Cañón de la Bateria Militar. Wikipedia

Cerquita, siguiendo la carretera hacia el este apenas un puñado de centenares de metros más allá, se ubica otra estructura, en este caso civil o portuaria, y que lejos de la decadencia militar, desafía al océano en un blanco imperial, casi impoluto. Es el Faro Silleiro. O, mejor dicho, el nuevo Faro Silleiro, el grande, el que se levantó alejándose del mar sobre la tierra, dejando abajo, diminuto, el faro más antiguo, el Pequeño.

Sea como fuere, entre uno y otro, ambas luces han guiado a los navegantes durante más de 160 años. Testigos de naufragios, guerras y tormentas, siguen siendo una amalgama de luz y piedra inmersa en un nuevo relato: el Faro grande dará vida a uno de los hoteles más mágicos de Galicia.

Mientras tanto, abajo, a poco más de 500 metros, su hermano menor, el Pequeño, ha renacido ya como un exclusivo restaurante con vistas a las Islas Cíes, devolviendo vida a un edificio que llevaba décadas en ruinas. Entre el encanto de un faro convertido en taberna atlántica y el inminente hotel de lujo en la torre principal, el Faro de Silleiro se prepara para escribir un nuevo capítulo de su secular trayecto.

Dos faros y una historia

No en vano, el primer faro de Cabo Silleiro se inauguró en 1862, más cerca del mar, iluminando las peligrosas aguas de la ría de Vigo con una lámpara de aceite. Durante la Segunda Guerra Mundial, sus inmediaciones albergaron una batería de artillería para proteger la costa gallega, y en 1949, la tragedia golpeó la zona con el naufragio del yate Thalassa, en el que solo sobrevivió una niña noruega, Arnhild Utheim.

En 1924, el faro se trasladó a 85 metros sobre el nivel del mar, donde se erige actualmente. Su potente lámpara de 3.000 vatios aún proyecta destellos visibles a más de 40 kilómetros de distancia, y su sirena, junto a un emisor eléctrico, advierte a los barcos hasta 200 millas náuticas mar adentro. Ahora, este mismo enclave está a punto de convertirse en uno de los alojamientos más fascinantes de Galicia.

Un restaurante sobre el océano

El Faro Pequeño de Silleiro, que quedó en desuso tras la inauguración del actual, llevaba décadas abandonado, con su torre derruida y el edificio en ruinas. Sin embargo, un ambicioso proyecto de rehabilitación lo ha devuelto a la vida con un propósito diferente: convertirse en una taberna atlántica con vistas inmejorables.

Faro Pequeño, taberna atlántica.
Faro Pequeño, taberna atlántica. La Razón

La reconstrucción respetó la estructura original de 1924, restaurando su cubierta con cerchas de madera y recuperando su función de punto de referencia para peregrinos del Camino de Santiago Portugués por la Costa. Ahora, además de sellar la credencial, los caminantes pueden disfrutar de un espacio gastronómico con identidad propia.

Un hotel con esencia marinera

Si el Faro Pequeño ha sido rescatado como espacio gastronómico, su hermano mayor, el Faro Grande, está a punto de abrir sus puertas como un hotel con una de las ubicaciones más privilegiadas de Galicia.

La rehabilitación de este coloso costero, que mantiene su escalera de caracol original y su estructura de piedra, ha dado lugar a un exclusivo alojamiento de 16 habitaciones de lujo. Distribuidas en dos plantas, cada estancia contará con entre 17 y 21 metros cuadrados, con siete habitaciones adaptadas para personas con movilidad reducida.

El hotel contará con un vestíbulo de recepción, un salón con chimenea y un restaurante-bar en la planta baja, mientras que en la superior se ubicará un gran salón y una terraza panorámica de 138 metros cuadrados.

La joya del edificio será la torre del faro, que seguirá en funcionamiento como guía marítima, pero que ahora también se convertirá en un hilo de conexión entre el pasado y el presente de este rincón de Galicia.

Dormir en un faro, cenar en su gemelo más pequeño y dejarse arrullar por el estruendo de las olas es ya casi una posibilidad en el horizonte de Galicia. Un sueño que cobra vida en Cabo Silleiro, donde a la sombra de la luz que ha guiado a los marineros durante décadas, está a punta de abrir un pedacito de mundo por soñar.